Rasgos lingüísticos de las lenguas y dialectos de España

LENGUA GALLEGA


Algunas de sus características lingüísticas son:

  1. Conservación de la f- inicial latina: fillium > fillo (esp. hijo).
  2. Desaparición de -l- y -n- intervocálicas: tela > tea (esp. tela); luna > lúa (esp. luna).
  3. Conservación de diptongos que en castellano han monoptongado; así los diptongos ai y au se convierten en ei y ou respectivamente: causa > cousa (esp. cosa); laicu > leigo (esp. lego).
  4. No diptongan las vocales breves tónicas latinas ĕ, ŏ: pĕtra > pedra (esp. piedra); pŏrta > porta (esp. puerta).
  5. Los grupos iniciales latinos cl-, pl-, y fl- palatalizan en ch: clamare > chamar (esp. llamar); pluvia > chuvia (esp. lluvia); flama > chama (esp. llama).
  6. Los artículos son o (esp. el) y a (esp. la).

LENGUA CATALANA


Algunos rasgos fonéticos de la evolución del latín al catalán:

  1. Ausencia de diptongación de las vocales breves tónicas latinas ĕ, ŏ: tĕrra > terra; pŏrta > porta.
  2. Tendencia a la pérdida de las vocales en posición final: dolç (dulce).
  3. Conservación de la f- inicial latina: fill (hijo).
  4. Palatalización de la l- inicial: lluna (luna), llei (ley).
  5. Conservación de los grupos consonánticos latinos pl-, cl-, fl-: plorar (llorar), clave > clau (llave), flama (llama).
  6. Palatalización de –nn-: canna > canya (esp. caña).

LENGUA VASCA O EUSKERA


Sus principales rasgos lingüísticos son: tiene cinco vocales y tres demostrativos, como el español; no tiene
distinción de género gramatical; presenta tuteo y voseo; sistema consonántico complicado; tiene declinación casual;
indistinción entre /b/ y /v/; pérdida de la f- inicial latina.

EL ASTURLEONÉS


Es un dialecto que se conserva actualmente en Asturias (se le llama bable), en el norte y oeste de
León y Zamora. Algunos rasgos del asturleonés se expanden también por el oeste de Cantabria, zonas de Salamanca y puntos del norte de Extremadura. Algunos de sus rasgos lingüísticos son:

  • Conservación de la f- inicial latina. En castellano se perdió: farina (harina), forno (horno), formiga (hormiga),
    fambre (hambre).
  • Conservación del grupo consonántico latino -mb-, que dio en castellano m: palomba (paloma).
  • La l- inicial se hace ll-: llobru (lobo), lluz (luz), lluna (luna).
  • De igual manera, la n- inicial se palatalizó en ñ-: ñido, ñariz, ñata.
  • Los grupos latinos, pl-, cl- y fl-, que dieron normalmente en castellano ll-, evolucionaron a ch- en leonés:
    chaga (llaga < latín plaga), chave (llave < latín clavis); chama (llama < latín flamma).
  • Cierre de las vocales finales de palabra: la -o final en -u: llombu (lomo), y la -e en -i: monti (monte).
  • Utilización de la forma -ín para el diminutivo: guapín.
  • Artículo + posesivo: las suas fuerzas.
  • Empleo de verbos pronominales sin pronombre: ¿Marchas ya? (¿Te marchas ya?).

EL NAVARROARAGONÉS


Vio frenada su evolución normal, y sufrió la imposición del castellano como lengua de cultura. Hoy permanecen los rasgos de esta variedad en las zonas rurales del norte de Aragón (los valles de Ansó,
Hecho, Lanuza, Biescas, Sobrarbe y Ribagorza). Muchos de sus rasgos se deben al contacto con la lengua catalana. El baturro, característico de estos territorios, es el castellano vulgar sometido a una entonación autóctona muy
diferenciada. Algunos de los caracteres del navarroaragonés son:

  • Conservación de la f- inicial: ferrar (herrar), faba (haba), forca (horca).
  • Conservación de -p-, -t-, -k- intervocálicas, que en castellano dieron -b-, -d-, -g- respectivamente: napo (nabo),
    maturo (maduro), lacuna (laguna).
  • Conservación de ll donde en castellano se pronuncia j: muller (mujer).
  • Confusión de –r y -l en posición final: salil (salir).
  • Diminutivo en -ico: poquico.
  • Tendencia a la apócope: clau (llave).
  • Desuso de la acentuación esdrújula: murciecalo (murciélago).
  • Conservación de los grupos pl-, cl-, fl-: planto (llanto), clamar (llamar), flama (llama).

EXTREMEÑO


  • Con el leonés comparte los siguientes rasgos:
    1. La conservación del grupo –mb-: lamber (lamer).
    2. Preferencia de los diminutivos en -ín e -ino: muchachíno.
    3. El cierre de las vocales finales: i por e (pasi por pase), u por o (abaju, por abajo).
  • Son rasgos comunes con el andaluz:
    1. La confusión de -r y -l en final de sílaba: cárcer.
    2. La pérdida de -d- intervocálica: cogío, he comío.
    3. La aspiración de h- inicial: jacer.
  • Otros rasgos son la conservación de la -e tras r, d, z: mare, pece, rede; la pérdida de -e en la 3.ª persona del
    singular del presente (vien por viene) y la conservación de dialectalismos léxicos, como lampuzo (goloso), arrope
    (almíbar), atolladal (atolladero).

EL ANDALUZ


  • El seseo, que es la pronunciación de [s] en lugar de [z]: pasiensia.
  • En algunas zonas se da el ceceo: la pronunciación de [z] donde habría que pronunciar [s]: pizo.
  • Pérdida de la –d- intervocálica o ante -r-: abogao, pare (padre).
  • La confusión de -r y -l en posición final de sílaba: alma (arma), artura (altura), sordao (soldado). En muchos
    lugares se pierde: mujé (mujer), papé (papel).
  • La articulación relajada de la ch, que se pronuncia como la sh inglesa: pusher (puchero).
  • Pérdida de la -s al final de palabra. Para indicar el plural hay una mayor abertura de la vocal final: casą (casas),
    frente a la pronunciación cerrada del singular: casạ (casa).
  • Aspiración de la h- inicial: jarto (harto).
  • Se suelen distinguir dos zonas: la occidental (Huelva, Cádiz, Sevilla, Málaga y Córdoba), caracterizada por el
    emplear la forma de tratamiento ustedes: ustedes tenéis; y la oriental (Jaén, Granada y Almería), donde se
    prefiere el uso de vosotros: vosotros tenéis.
  • Dialectalismos léxicos: chícharo (guisante), chumbera (higuera), calesita (tiovivo).

EL MURCIANO


  • Al andaluz le debe la articulación relajada de las consonantes, caeza por cabeza.
  • La presencia de sonidos nasales: muncho (mucho).
  • Pérdida de la -d- intervocálica: ha salío.
  • También le debe la aspiración de la -s en posición final de sílaba.
  • La confusión de -r y -l en esa misma posición: calne por carne.
  • El seseo, sobre todo al final de sílaba: gaspacho por gazpacho, crus por cruz.
  • También es muy corriente el sufijo diminutivo más típico aragonés: -ico: cansaíco.
  • Dialectalismos locales, como albercoque (albaricoque), corvilla (hoz), mindango (despreocupado).

EL CANARIO


  • La aspiración de la h- inicial: jablar.
  • Confusión -r y -l al final de sílaba: talde (tarde).
  • La aspiración de la -s final de sílaba: máh.
  • El yeísmo: aniyo, caye.
  • El seseo generalizado (nunca ceceo): cansión.
  • La pronunciación sonora de la ch casi como y: muyayo (muchacho).
  • Diminutivo en -ito: viajecito.
  • Uso de ustedes en lugar de vosotros en todas las situaciones con 3.ª persona del plural: ustedes tienen (no ustedes
    tenéis
    ).
  • Uso de haber en plural: Habían muchos niños.
  • Preferencia del pretérito perfecto simple (comiste) frente al compuesto (has comido).
  • Se han introducido gran cantidad de americanismos y de lusismos: papa (patata), guagua (autobús), garuja
    (llovizna), fechar (cerrar).
  • Dialectalismos léxicos: perenguén (lagarto), milara (especie de cuchara), cigarrón (saltamontes).

VARIEDADES SEPTENTRIONALES


Algunas de las características del castellano de la parte oriental (La Rioja, Navarra y Aragón) son:

  • Acentuación de las esdrújulas como llanas: pajaro (pájaro).
  • La confusión de la -r y -l en posición final: salil (salir).
  • Utilización de -ico como diminutivo: poquico.
  • Uso del condicional por el pretérito imperfecto de subjuntivo: Si llegarías pronto… (por: Si llegaras pronto).
  • Restos de -f latina: fenojo (hinojo).

En la zona Occidental (Asturias, León, Zamora y Salamanca), el castellano presenta algunas particularidades:

  • Los diminutivos en -ín, -ina: muchachín, pequeñina.
  • El empleo de verbos pronominales sin pronombre: ¿Marchas ya? (¿Te marchas ya?).
  • El cierre de las vocales finales de la palabra: amigu (amigo).
  • La posposición del pronombre personal ¿Fuistete? (¿Te fuiste?).