Contexto filosófico-cultural de Platón.
Contexto filosófico
La finalidad del pensamiento de Platón era la política. El pensamiento de Platón gira en torno al diseño de un Estado Ideal basado en la idea de Bien, que es producto de la influencia que tiene sobre él el contexto filosófico de la época.
Para comprender este contexto hay que tener en cuenta que en la Grecia en la que nació Platón hay una guerra entre dos sistemas políticos bien diferentes: la democracia ateniense y la aristocracia espartana. De esta guerra que gana Esparta se impone la oligarquía de los 30 Tiranos, que se refiere al gobierno de 30 Tiranos. A esta oligarquía le sigue la restauración de la democracia y aquí es donde Sócrates juega un papel fundamental.
Para comprender la democracia ateniense es importante aclarar el significado de dos conceptos básicos: isonomía e isegoría.
Por isonomía se entiende la igualdad de los ciudadanos ante la ley y por isegoría, la igualdad de palabra. Así pues, si todos los ciudadanos son iguales (varones mayores de edad libres) implica que todos los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos de la polis, en la Asamblea, y haciendo uso de su palabra. Este uso de la palabra implica que ésta puede ser usada para convencer al resto de ciudadanos en la toma de decisiones políticas. De ahí la importancia de los sofistas.
Disputa entre Sócrates y los sofistas
Conocidos como maestros de oratoria y retórica, los sofistas se dedicaban a la enseñanza del arte de hablar. Este arte de hablar en público, de convencer, era lo que enseñaban a sus alumnos, los políticos, a través de la enseñanza en las artes de la persuasión buscando emocionar a la audiencia para así conseguir sus favores en lo que a las decisiones políticas se refiere. Por oposición, Sócrates persigue la verdad analizando los conceptos morales mediante el método mayéutico basado en un método de preguntas y respuestas por el que Sócrates ayudaba a sus compañeros a alcanzar la verdad.
La diferencia es que los sofistas buscan dinero y poder enseñando el arte de la persuasión sin importar el uso que se vaya a hacer de ella, y Sócrates solo busca la verdad.
La base de esta diferencia está en que los sofistas eran escépticos (niegan la posibilidad de conocer la verdad porque todo depende del punto de vista), afirman que la areté, la excelencia, consiste en alcanzar el reconocimiento social del público. Y para Sócrates lo moral no depende de punto de vista alguno porque el bien es solo uno, es racional e inmutable, por lo que su concepto de areté es bien diferente. Para Sócrates, el areté es la cura del alma a través del conocimiento de uno mismo y el esfuerzo por mejorar la moral.
El motivo por el que Sócrates afirma que el bien es único es porque para él, la ley política ha de ser una expresión de la ley de la física, de la naturaleza, perfecta como lo son las matemáticas. Sin embargo, para los sofistas, no hay relación alguna entre ley política y ley natural.
Quizás los sofistas se comportaban así porque estos eran extranjeros llegados a Atenas y, como tales, no eran considerados ciudadanos dignos de participar en los asuntos de la polis, por lo que su vinculación con la ciudad no está basada en la mejora de la vida en la polis. Sócrates se sentía firmemente comprometido con la polis al punto de que, tras ser denunciado por los sofistas y sometido a juicio, acata el dictamen de la pena de muerte antes del exilio pues, exiliarse de la ciudad, para él sería fallarle a la polis al poner su bienestar por encima del cumplimineto de las leyes.
La muerte de Sócrates determina el pensamiento de Platón y el interés de este por la política al punto de centrar su obra en alcanzar un estado ideal basado en la idea de Bien.
Heráclito y Parménides
Como presocráticos, ambos autores tratan de responder las cuestiones sobre la física, el orden natural, y el arché.
A la hora de responder a la pregunta por el arché, las posiciones opuestas de ambos autores determinarán el pensamiento de Platón al punto que elaborará un sistema metafísico dualista que acogerá las tesis tanto de Heráclito como de Parménides. Así, si para Heráclito el arché era el fuego como elemento que refleja el cambio constante al que está sometido todo lo real, para Parménides el arché será el ser, la esencia, que es único e inmutable. Si para Heráclito todo fluye y no nos podemos bañar dos veces en el mismo río porque ni el río es el mismo ni yo soy el mismo, para Parménides sólo es posible el ser ya que el ser es y el no ser no es, de manera que el cambio no puede ser.
La contraposición de ambos autores serán las bases para la explicación platónica de la realidad al afirmar la existencia de dos mundos: el mundo sensible y el mundo inteligible.
La escuela pitagórica
Para los pitagóricos el ser humano es un conjunto de cuerpo (mortal) y alma (inmortal). De aquí recoge Platón la tesis dualista del ser humano atribuyendo al mundo sensible el cuerpo y al inteligible el alma.
Contexto cultural
Platón nace en un contexto cultural que hereda el esplendor del Clasicismo de la Antigua Grecia, un tiempo caracterizado por el alto desarrollo de las letras y las artes. Es por ello que dentro de este marco cultural sean referentes a destacar las tragedias de Sófocles, Eurípides y Esquilo; los estudios de Herodoto y Tucídides que son considerados las bases del estudio de la historia.