Vanguardismo y Generación del 27 en la poesía española

Vanguardismo en la poesía española

Se conoce como Novecentismo o Generación del 14 a los autores que escriben entre el fin del Modernismo y del 98 y la aparición de la Generación del 27. Literariamente, la poesía anterior va desapareciendo y se hace una poesía más depurada y equilibrada. Aunque el Modernismo no desaparece radicalmente, se va imponiendo la poesía novecentista que tiene las siguientes características: selecciona el lenguaje de forma exhaustiva, tiene gran riqueza lingüística tiende al clasicismo como oposición al romanticismo; lo sentimental está marcado por la razón; busca la belleza por un proceso más intelectual que vital; sustituye el autodidactismo por el trabajo universitario y se relaciona íntimamente con la corrientes culturales europeas.

Autores novecentistas

Los autores novecentistas son José Moreno Villa, Ramón de Basterra, y sobre todo J.R. Jiménez que destaca por su preocupación por conseguir la obra bien hecha y su esmero por la palabra.

Juan Ramón Jiménez

Su vida y su obra están marcadas por una dedicación obsesiva y perfeccionista al culto de la belleza. De carácter hipersensible y depresivo, llevó una vida social apartada y se exilió después de la guerra. En 1956 obtuvo el Premio Nobel. Muere en 1958 en Puerto Rico.

Obra de Juan Ramón Jiménez

Su obra comprende un número enorme de libros ya que pensaba que su obra era una sucesión, “una obra en marcha”. Realizó varias antologías: Poesías escogidas(1917), la importantísima Segunda antología poética(1922) y Tercera antología poética (1957). A su muerte ya tenía una revisión, que se publicó en los 70 con el título Leyenda.

Etapas en la obra de Juan Ramón Jiménez

El propio poeta estableció tres etapas en su obra: épocas sensitiva, intelectual y verdadera o suficiente. La primera etapa (sensitiva) hasta 1915, con libros como Ninfeas y Almas de violeta es decadente y neorromántica. Arias tristes y Jardines lejanos son intimistas y simbolistas. Estío es una poesía conceptual y de forma más sencilla.

Prosa de Juan Ramón Jiménez

En cuanto a la prosa, su conocidísimo libro Platero y yo(1914), en el que muestra su deseo de armonía con la naturaleza. A partir de 1920 publica Españoles de tres mundos que es una colección de caricaturas sobre los intelectuales contemporáneos.

Generación del 27

La Generación del 27 (1925-1930) es un grupo de poetas que buscan un arte nuevo basado en el rigor, pureza, y unión entre modernidad y tradición.

Autores de la Generación del 27

Los autores de la Generación del 27 que contribuyeron a la creación del arte nuevo son: Rafael Albert, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Gerardo Diego, García Lorca, Jorge Guillen y Pedro Salinas.

Evolución del grupo

La evolución del grupo se desarrolló en estas etapas: la primera con la influencia de Bécquer, es una poesía Pura con J. Ramón Jiménez; la segunda etapa en la que se produce la “Humanización” de la poesía con influencia del surrealismo con temas como el amor, el deseo de plenitud, y la inquietud por los problemas de la existencia.

Innovaciones formales

Las innovaciones formales fueron: formas sencillas, tradicionales y clásicas, empleo del verso libre y el versículo, la reiteración de palabras y estructuras sintácticas o los paralelismos.

Poesía de la Guerra y el Exilio

Poesía de la guerra

El compromiso de los intelectuales provoca que la poesía cumpla una función épica y aglutinadora. Será Miguel Hernández (1910-42) el poeta más relevante. Comienza con Perito en lunas (1933) de corte gongorino. Pasa, en el 36, al libro de sonetos EL rayo que no cesa. Con la guerra, se incorpora a la poesía comprometida con la República Viento del pueblo. Tras la guerra, es encarcelado, allí escribe Cancionero y romancero de ausencias (38-41), poemario de soledad y amor por la familia ausente.

Los poetas del exilio

Al principio se centran en el tema de España, que luego deriva en la ausencia de la patria lejana, la muerte y el inicio de otra vida.

Años 40: Poetas arraigados y desarraigados

La derrota de la República supuso el exilio, la cárcel, la muerte, o bien el llamado ‘exilio interior’ para muchos poetas. Dámaso Alonso clasificó a los que se quedaron en:

Arraigados

La poesía de los vencedores. Idealizan a España, la familia, la religión. La vida tiene sentido, usan un lenguaje clásico y esteticista, volviendo a formas clásicas, como el soneto. Escriben en revistas como Escorial y Garcilaso. Los más importantes son Luis Rosales (La casa encendida), Leopoldo Panero, José García Nieto y Dionisio Ridruejo.

Desarraigados

La poesía existencial de los 40. Para estos poetas, el mundo es un lugar inhóspito y sólo la poesía permite afrontarlo. En 1944 se publican Sombra del paraíso (Aleixandre) e Hijos de la ira (Dámaso Alonso). Se recogen aspectos del existencialismo europeo del momento, que refleja la soledad del hombre en un mundo sin sentido. Se expresa una doble angustia: la personal, al sentir dolorosamente la fugacidad del tiempo, así como la muerte; la social, por la situación de miedo, represión y hambre. Los temas son el vacío personal, la soledad del hombre y el desarraigo, también lo religioso, conflictivo, entre la duda y la desesperación.

Poesía social de los 50

La censura continúa amordazando a los poetas que querían denunciar las injusticias. Se pasa de la poesía existencial a la social. En 1955 se consolida el llamado ‘realismo social’, con dos libros de poemas Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero y Cantos iberos, de Celaya. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial, para situar los problemas humanos en un marco social. Machado, Miguel Hernández, Neruda, Vallejo o Aleixandre sirvieron de guía a estos poetas.

Se trata de una nueva poesía que, saltando del yo al nosotros, pretende convertirse en un arma capaz de transformar el mundo (Celaya. ‘La poesía es un arma cargada de futuro’). En cuanto a la temática, destaca España, con un enfoque más político. Dentro de la preocupación general por España, se sitúan temas como la injusticia social, la alienación del hombre moderno, el desarraigo en el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor.

Estilísticamente, se trata de una poesía que emplea un lenguaje claro, con lenguaje coloquial, pues va dirigida a la mayoría, es una poesía directa. El lenguaje es coloquial y sencillo. El verso preferido es el versículo. Los autores principales son: Blas de Otero (1916-79) con su obra Pido la paz y la palabra (1955). Que trata de España (1964); es una poesía de testimonio y denuncia que plantea la solidaridad con los que sufren y el tema de España. Gabriel Celaya (1911-91) con Cantos iberos. José Hierro (1922-2002). Su poesía es testimonial expresada en un lenguaje sencillo.