Los autores novecentistas configuran la segunda generación literaria del siglo XX, inmediatamente posterior a la Generación del 98. Tienen, por tanto, nuevas orientaciones ideológicas y estéticas que no son ni las de la generación del 98 ni las del modernismo.
En lo político, la mayoría de autores procedía de reformismo burgués. Hombres como Ortega, Azaña o Marañón defendieron los ideales republicanos. En lo cultural, aparece un nuevo tipo de intelectual: se imponen una sólida formación universitaria y un examen sereno, objetivo, o al menos distanciado de los problemas. Reaccionaron contra actitudes decimonónicas (antirrealismo y antirromanticismo) y se sintieron europeístas, atendiendo a lo universal frente al casticismo.
Desde el punto de vista estético hay una superación de movimientos anteriores, rechazo al romanticismo y al realismo, se crea un imperativo de selección, lo que da como resultado una literatura para minorías, se impone lo intelectual sobre lo sentimental y es un arte puro.
El ensayo
Los ensayistas ocupan un lugar prioritario en esta generación. Destacaremos, sobre todo a José Ortega y Gasset. Máxima figura de la filosofía española del siglo XX, recogió en la España invertebrada su postura europeísta y su denuncia del aislamiento de nuestro país, y en La rebelión de las masas su preocupación por el acceso de las masas al poder. En La deshumanización del arte constata la existencia de un nuevo arte minoritario, puro e intelectual que no se basa en el contagio emocional. En Ideas sobre la novela lleva a cabo un análisis del género narrativo, mientras que Meditaciones del Quijote es un ensayo sobre los géneros literarios.
Novela
Destaca los novelistas Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala. En las obras del primero destacan Nuestro padre San Daniel, El obispo leproso. Ramón Pérez de Ayala A.M.D.G o Luz de domingo.
Ramón Gómez de la Serna
Es imposible de encasillar, ejemplo de escritor puro. Encarna el espíritu de vanguardia al estar en perpetua ruptura con los convencionalismos. Su creación más personal son las greguerías (Humorismo + Metáfora = Greguería).
Poesía
Juan Ramón Jiménez. Su obra está presidida por tres constantes: la belleza, conocimiento y la eternidad. Tiene tres etapas: sensitiva 1916, intelectual 1917-1936, y por último la suficiente que duró desde 1936 hasta 1958.
Si la literatura novecentista había supuesto una depuración e innovación en el ámbito literario, los movimientos de vanguardia suponen una auténtica ruptura. Todos ellos son un ejercicio de experimentación creadora, coexisten en pugna y se suceden unos a otros rápidamente. Se rechaza todo o casi todo lo anterior, aunque fundamentalmente se repudian realismo y Romanticismo. Una de las consecuencias de este radicalismo creador fue que los géneros que más necesitaban apoyarse en la realidad como la novela o el teatro cedieron terreno al género que lo permite todo: la poesía.
- Afán de originalidad: en esta ruptura total con lo anterior se busca un más allá inexplorado (como en el futurismo o el ultraísmo) o un “más acá” anterior a toda cultura.
- Hermetismo y autosuficiencia del arte: buscan la impopularidad, como Juan Ramón, y se afanan por que el arte aspire a convertirse en una entidad dotada de vida independiente y autónoma. La poesía se convierte en poesía pura, inmanente, sin elementos no poéticos.
- Sobrerrealismo: del naufragio de la historia y la realidad salvaron el mundo de los sueños y del subconsciente, que contiene fuerzas que escapan al dominio del hombre.
Futurismo
Exalta la civilización mecánica y técnica.
Cubismo
Se propone descomponer la realidad para proceder a composiciones libres de conceptos, imágenes o frases. Defiende lo intelectual sobre lo sensorial.
Dadaísmo
Es un movimiento de rebeldía pura que se levanta contra la lógica, contra el sentido común y contra las convenciones estéticas o sociales. Rompen con la coherencia del discurso y vuelven al primitivismo e ilogicismo de la infancia.
Surrealismo
Alejar la razón del proceso creador para que la escritura sea fruto del subconsciente.
Expresionismo
Grotesco y lo patético, lo lírico y lo realista.
Ultraísmo
Defiende la creación de imágenes mediante metáforas y rechazan lo anecdótico y sentimental.
Creacionismo
Los creacionistas querían un arte que no imitara ni tradujera la realidad; su máxima poética: la creación de la realidad en el poema. El poema será un objeto autónomo, creación absoluta, no imitación.
Surrealismo
Fusionó, además, ultraísmo, creacionismo y la tradición autóctona. El surrealismo significó la crisis del ideal de poesía pura y deshumanización que había prevalecido durante unos años.