I. Argumentos racionales
1. Argumento racional. Se basa en las ideas y verdades admitidas y aceptadas por la sociedad. Para apoyar la tesis “No hay que contaminar el mar”, se puede usar este argumento racional: el mar es fuente de vida. Irrefutable y objetiva → Es un conocimiento compartido por todos.
2. Argumento de autoridad. La argumentación se apoya en testimonios fidedignos y citas que manifiestan la opinión sobre el tema de personas famosas o expertas. Aporta fiabilidad al ser una persona u opinión prestigiosa en ese ámbito → Sirve de refuerzo o escudo al pensamiento.
3. Argumento de hechos objetivos o de ejemplos. Se basa en pruebas observables, por ejemplo: el año pasado se cambió la legislación educativa. → Aporta veracidad al ser situaciones reales.
4. Argumento basado en datos estadísticos. Los datos estadísticos incluidos por el autor del texto para sustentar su argumentación, como estudios recientes o investigaciones de cualquier tipo, sirven para dar rigor y carácter científico al texto. Aporta referencias cuantitativas que apoyan la pertinencia de un argumento. Ej. – Con la actual normativa fiscal, el IPC subió un 4,5% menos que con el anterior sistema. Dota al texto de objetividad al aportar argumentos de carácter comprobable y verificables.
5. Argumento ético o de moralidad. Se prefiere lo que está de acuerdo con un código moral, frente a lo inmoral o amoral: haz el bien y evita el mal. Al respetar el código moral, se obtiene una visión positiva sobre esa defensa.
6. Argumento pragmático o de utilidad. Se valora lo útil, necesario y eficaz, frente a lo inútil, ineficaz o peligroso. Subyace en eslóganes como: Si bebes, no conduzcas. Un subtipo es el argumento de salud, por el que se valora lo sano: bebe agua en abundancia, mejora tu salud
7. Argumento de la justicia: el valor reside en lo justo frente a lo injusto. Ej: hay que tratar igual a quienes tienen el mismo derecho.
II. Argumentos emocionales
- Argumento de la tradición. Lo antiguo, el producto de generaciones anteriores es valorado positivamente. Un caso extremo sería el siguiente: más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
- Argumento del progreso. El valor radica en la novedad, en la innovación. Se opone, por tanto, al anterior.
- Argumento de evidencia o de la experiencia personal: se apoya en el hecho de que lo he visto o vivido. Es poco riguroso como argumento único y puede ser refutado por su parcialidad. Justifica la opinión la opinión tras una vivencia personal.
- Argumento de semejanza o comparación: se defiende algo en razón de ser muy parecido a otro elemento que nos convence mucho. En los textos explicativos y argumentativos, el empleo de ejemplos y casos concretos para hacer comprender una idea, general o abstracta, es un caso del argumento de semejanza. Mediante la comparación, establece semejanzas y diferencias y, a partir de esa comparación, se apoya la tesis
- Argumento estético. Lo bello se valora sobre lo feo. Depende de la sensibilidad de cada individuo y de los cánones de belleza de cada época y cultura.
- Argumento hedonista o del placer. Se prefiere lo agradable a lo desagradable. Sería el caso del carpe diem latino: vive la vida.
- Argumento de cantidad o de la mayoría: aparece cuando el autor del texto señala que se hace lo que la mayoría quiere. Lo numeroso es preferible a los reducido.
- Argumento de calidad. Frente a la cantidad se valora lo bueno. Como puede observarse, algunos argumentos (calidad) sirven de contraargumentos frente a otros (cantidad): más vale lo poco y bueno que lo mucho y malo.
- Argumento de generalización: se utiliza un único hecho concreto como representante de una situación general. No es un argumento lícito ni justo. Puede ser fácilmente rebatido. Aporta un saber o una valoración admitida como representativa.
10. Argumento de criterio sapiencial: refranes, proverbios, dichos populares… que son tomados como una idea aceptada por todos. Generalización indiscutible que surge de la tradición o experiencia.
11. Argumento emotivo-afectivo: se dirige a los sentimientos del auditorio, especialmente a sus dudas, deseos y temores con el fin de conmover y provocar una reacción de simpatía o rechazo.
Además, también suelen aparecer otros tipos de argumentos en la exposición, que pueden ser fácilmente localizables por medio de conectores entre las distintas frases del texto, como pueden ser:
- – Argumentos de causa: concatenación de argumentos según la lógica causa-efecto, explicando motivos o razones de lo que se dice (porque…, puesto que…, ya que…, se debe a…., es por…, es debido a…)
- – Argumentos de analogía o comparación, si el autor compara algún punto del tema del artículo con otro tema relacionado (al igual que, del mismo modo que…). El resultado de esa comparación también puede ser de superioridad o inferioridad. Consiste en aplicar a una situación lo que es válido para otra.
- – Argumentos de contraste, el autor recurre a otro tema o asunto aparentemente distinto, pero a la vez relacionado para dotar de más fuerza a su argumentación (pero, aunque, sin embargo…)
- – Argumentos de consecuencia: cuando indican la consecuencia o deducción de algo (por lo tanto, por consiguiente, así, luego, entonces, de ahí que, así pues…).