Las Guerras Carlistas
Al morir Fernando VII en 1833, pasa a ocupar la regencia la reina M. Cris, como reina gobernadora. Tenemos que hablar de las guerras carlistas, enfrentaron al hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, con su hija. Fue una lucha dinástica que enfrentó también a liberales y absolutistas, campo-ciudad, y era un movimiento que proclamaba la defensa de los fueros del país Vasco y Navarra frente al creciente centralismo.
Origen de las Guerras Carlistas
El origen surge por la confusa anulación de Fernando VII de la ley sádica, que impedía gobernar a las mujeres, por una nueva norma, la pragmática sanción que autorizaba dicha posibilidad.
Primera Guerra Carlista (1833-1839)
Cuando el hermano de Fernando VII no reconoció princesa de Asturias a Isabel y terminó en 1839 con el abrazo de Vergara. Se desarrolló en el país Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia. Como hitos importantes son los éxitos iniciales del general Zumalacarregui (muerte en Bilbao), los intentos fallidos de expediciones a Andalucía y Madrid y, cuando el general isabelino es partero, pudo contar con tropas suficientes que garantizaban su triunfo. El general Carlos ya maromo negoció el convenio de Vergara que incorporaba al ejército a los oficiales carlistas y respetaba los fueros vasconavarros. Este problema quedará latente y volverá a surgir más tarde.
Etapa Política
Gobierno de Cea Bermúdez
Absolutista moderado, partidario del inmovilismo político, realizó algunas reformas administrativas. Los liberales llegados del exilio exigieron reformas políticas: convocatoria de cortes y reforma constitucional. La reina tuvo que ceder ante la situación de la guerra contra los carlistas.
Regencia de Espartero (1840-1843)
Durante 3 años Espartero fue un regente que gobernó autoritariamente y fue perdiendo apoyo incluso de los progresistas que se encontraron solos y divididos. Se organizan pronunciamientos moderados. En el año 1842 estalla la revuelta en Barcelona provocada por la crisis industrial, el miedo a un nuevo tratado comercial con Inglaterra provocó una sublevación popular, por la que Espartero bombardeó la ciudad. Por esta actuación dejó de tener apoyo en la clase obrera. En 1943 se organizó una conspiración contra él, derrotado por tropas del general Narváez se exilió a Londres.
Década Moderada (1844-1854)
En noviembre 1843 Isabel II es proclamada reina. Optó por dar su apoyo al sector más reaccionario del moderantismo. Narváez sube al poder, esto supone el triunfo de la burguesía terrateniente y financiera; la subida al poder de militares jóvenes forjados en las guerras carlistas y que el ejército y la corona se convierten en garantes del sistema.
Bienio Progresista (1854-1856)
En 1854 los moderados estaban muy desgastados por la corrupción interna de los ferrocarriles, el descontento social por los precios y el intento de Bravo Murillo por controlar la prensa. Un grupo de moderados, en cabeza, O’Donnell se pronunció en Vicálvaro. Al principio el pronunciamiento tenía pocos apoyos pero tras la publicación del “Manifiesto del Manzanares” Antonio Cánovas, de ideología moderada pero recogiendo reivindicaciones progresistas propició el apoyo progresista y democrata. La reina le dio el poder a Espartero que compartió con O’Donnell.
Nuevos Gobiernos Conservadores (1856-1868)
De 1856 a 1863 es un periodo de inestabilidad dominado por O’Donnell y su partido la Unión Liberal, en una primera etapa estableció la constitución de 1845 añadiendo un acta adicional para que fuese más progresista. Pero las manipulaciones electorales de Posada Herrera acabaron con O’Donnell y volvió Narváez con políticas muy conservadoras del sector neocatólico. Entre 1858 y 1863 se produjo el gobierno largo de O’Donnell, coincidió con la exaltación patriótica por participación de España en conflictos internacionales.
Desamortización de Godoy (1798-1808)
Las primeras medidas de carácter desamortizador las tomó el primer ministro de Carlos IV, Godoy entre 1798 y 1808. La guerra con Francia e Inglaterra supuso la ruina de la hacienda real. En 1782 se crearon los vales reales, una especie de emisión de deuda pública, que fue perdiendo credibilidad hasta que no se admitían vales reales como método de pago. Para remediarlo se emitió un decreto en 1798 que decía que el dinero recaudado por la venta de las fincas se debía canjear en vales reales. Esto supuso un respiro para parte de los nobles que aunque tenían fincas y bienes no podían venderlos.
Consecuencias de la Desamortización
Sociales: consolidar la estructura latifundista de la propiedad agraria en el sur y centro y el minifundio en el norte y noroeste; no sirvió en general para que las tierras se repartieran entre los campesinos, la burguesía se convirtió en terrateniente y absentista; la nobleza, no fueron expropiados y además sus tierras quedaron en plena libertad para venderlas al suprimirse las leyes de mayorazgos; los pequeños campesinos salieron muy perjudicados, ya que no adquirieron nuevas propiedades y sufrieron la pérdida del uso de los bienes comunales tras la desamortización de Madoz.