EL TEATRO ANTERIOR A 1939
Al inicio del siglo XX seguían representándose los dramas de tema histórico en verso, la alta comedia dirigida a la sociedad burguesa y el género chico heredado del sainete y el entremés. El autor de mayor renombre era José de Echegaray, conocedor de nuevas corrientes teatrales europeas. Hasta 1920 no se percibe un intento de dicha renovación teatral.
En el teatro de éxito se intentaba dar gusto a unos espectadores que buscaban el acontecimiento social y la mera diversión. Entre los autores de éxito destaca Jacinto Benavente con su obra maestra Los intereses creados de 1907. Introduce personajes de la comedia del arte italiana y muestra una sociedad basada en un juego de intereses.
El teatro poético nació como reacción al teatro realista y utilizó recursos modernistas. Su forma de expresión fue el verso. Los autores más destacados fueron Eduardo Marquina con Las hijas del Cid en 1908, Francisco Villaespesa con Doña María de Padilla en 1913 y los hermanos Machado con Las adelfas en 1928.
En el teatro cómico popular se presentan con gran éxito las obras de Carlos Archines, El santo de la Isidra y de los hermanos Álvarez Quintero, Mariquilla Terremoto que idealizan la sociedad madrileña y andaluza. Otro de los autores de gran éxito es Pedro Muñoz Seca, conocido por el subgénero cómico del astracán.
En teatro de intenciones renovadoras se caracteriza por el abandono del realismo, teatro como cauce de reflexión filosófica y recuperación de formas primitivas de teatralidad. En esta línea destacan autores como Miguel de Unamuno, con su obra Fedra, Azorín con su obra Angelita y Jacinto Grau con El caballero Varona. Ramón María Del Valle-Inclán fue un genial innovador del teatro español y rechaza el realismo burgués del teatro anterior. Su producción puede organizarse en 3 ciclos: el ciclo mítico donde destacan las obras Las comedia bárbaras-Águila de blasón, Romance de lobos, Cara de plata y Divinas palabras. El ciclo de la farsa, donde Valle-Inclán contrapone lo sentimental y lo grotesco, destaca Farsa y licencia de la reina castiza, donde anticipa la estética del esperpento. El ciclo del esperpento, Valle-Inclán es su creador y se inicia con Luces de Bohemia, que tiene como base la deformación grotesca de la realidad. Los personajes quedan animalizados y existe un fuerte contraste entre lo trágico y lo cómico.
En los dramaturgos de una nueva generación destacan Rafael Alberti, que refleja las inquietudes de su poesía y sus obras más destacadas son: El hombre deshabitado y El adefesio. Max Aub comienza con obras vanguardistas, pero luego escribe un teatro como las obras San Juan y Morir por cerrar los ojos. Alejandro Casona recrea una realidad poética, estilizada y misteriosa. Escribe La Sirena Varada y Prohibido suicidarse en primavera y el tema central suele ser la oposición entre fantasía y realidad. Pedro Salinas empezó a escribir teatro en 1936 y obra más destaca es El director. Federico García Lorca es el dramaturgo español más conocido en el extranjero. Su producción se inicia con El maleficio de la mariposa y termina con La casa de Bernarda Alba. En su prosa hay mucha poesía y mucho simbolismo. Desarrolla como tema central la incapacidad de satisfacción del ser humano. Su producción dramática se puede clasificar en las farsas, este procedimiento fue utilizado en 4 obras; 2 de guiñol: Tragicomedia de Don Cristóbal y la señá Rosita y Retablillo de Don Cristóbal y 2 para actores: La zapatera prodigiosa y Amor de Don Perlimplín con Belisa en su jardín. Las comedias imposibles son dos obras simbólicas, surrealistas y difíciles de interpretar: El público y Así que pasen cinco años. Las tragedias de tema social son las más representadas como Bodas de sangre o La casa de Bernarda Alba. Enrique Jardiel Poncela posee un lenguaje ingenioso y nada convencional y un uso de un humor abstracto de raíz intelectual. Su primera obra es Una noche de primavera sin sueño y más tarde estrena obras como Eloísa está debajo de un almendro y Los habitantes de la casa deshabitada.
La novela de 1939 – 1974
La narrativa de posguerra abarca desde 1939 hasta 1975. Aspectos comunes de los escritores: el exilio y que pertenecen a la generación de la preguerra. La censura prohíbe la difusión de determinadas obras y está la presencia del tema de la guerra civil. La novela de preguerra era intelectualista y deshumanizada en ella se distinguen tres etapas: la novela existencial donde los personajes suelen ser individuos que reflejan la trágica realidad española de posguerra. Sus obras son: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela y Nada de Carmen Laforet. La novela social son obras de crítica social ante la injusticia y la desigualdad de clases en las que los autores reflejan la realidad española. Sus obras son: La colmena de Camilo José Cela y El camino de Miguel Delibes. En la novela experimental, el novelista centrará su atención en el lenguaje y en la experimentación de nuevas técnicas narrativas. Las obras son: Tiempo de silencio de Luis Martín Santos y La saga/ fuga de J.B de Gonzalo Torrente Ballester. La novela del exilio son obras en las que destaca la trágica memoria de la guerra o la vivencia de la vida en el exilio. Destacan Francisco Ayala con Muertes de perro y Ramón J. Sender con Crónica del alba.