Unidades Morfoestructurales en la Península Ibérica

Unidades morfoestructurales

En la Península Ibérica se distinguen los siguientes tipos de relieve:

Los zócalos

Son llanuras o mesetas formadas en la era primaria o paleozoica. Los materiales paleozoicos son rocas graníticas y silíceas (granito, pizarra, cuarcita y esquistos). Son muy rígidas, por lo que, ante nuevos empujes orogénicos, se fracturan o se rompen. Predominan en la mitad occidental de la península.

Los macizos antiguos

Son montañas formadas por el levantamiento de un bloque de un zócalo en la era terciaria. Sus materiales también son paleozoicos. En la actualidad, presentan cumbres suaves y redondeadas: Sistema Central, los Montes de Toledo, el Macizo Galaico y la parte occidental de la Cordillera Cantábrica.

Las cordilleras de plegamiento

Son grandes elevaciones montañosas que surgieron en la era terciaria por el plegamiento de materiales sedimentarios calizos depositados por el mar en la era secundaria. Hay dos tipos: Cordilleras intermedias, formadas por el plegamiento de materiales depositados en los bordes de los zócalos (Sistema Ibérico y parte de la Cordillera Cantábrica) y Cordilleras alpinas, formadas por el plegamiento de materiales depositados en fosas marinas largas y profundas (Pirineos y Cordilleras Béticas).

Las cuencas sedimentarias o depresiones

Son zonas hundidas, formadas en la era terciaria y rellenadas con sedimentos de caliza, arcilla, arenisca o margas. Son de dos tipos: 1) las formadas por el hundimiento de un bloque de un zócalo a causa de las presiones orográficas de la era terciaria (depresiones meseteñas del Duero, Tajo y Guadiana). 2) las depresiones prealpinas, localizadas a ambos lados de las cordilleras alpinas (depresiones del Ebro y del Guadalquivir).

Evolución geológica

El aspecto actual de la Península Ibérica es el resultado de la combinación a lo largo de la historia de las fuerzas internas de la tierra y los distintos procesos erosivos de la superficie.

Era Arcaica (hace 4500-600 millones de años)

La PI estaba sumergida en su totalidad en el Mar de Thetys, que ocupaba casi la totalidad del territorio de Europa. Sobre esta zona sumergida se fueron depositando materiales sedimentarios, que más tarde fueron elevados por movimientos orogénicos posteriores. Con materiales de la era arcaica, sólo se han encontrado zonas en Galicia, Asturias, oeste del Sistema Central y norte de los montes de Toledo.

Era Primaria o Paleozoica (hace 600-250 millones A.C.)

Debido al proceso de acercamiento entre la placa africana y la europea, se produjo durante el período Carbonífero la orogenia herciniana. Emergieron así el macizo Hespérico (La Meseta), la cordillera Catalano-balear, el macizo del Ebro y el Bético-Rifeño. Todos fueron erosionados con posterioridad y convertidos en zócalos (nombre que reciben las llanuras o mesetas de la Era Primaria).

Toda esta zona presenta en la actualidad litología con material silíceo.

Era Secundaria o Mesozoica (hace 250-65 millones A.C.)

No hubo movimientos orogénicos. Fue un largo período de sedimentación (tanto marina como continental), que culminó los geosinclinales (canales que separaban los macizos hercinianos). La litología (suelo) de los materiales está compuesta por calizas y arcillas.

Era Terciaria o Cenozoica (hace 65-2 millones A.C.)

Se produjo la orogenia alpina, configurándose el relieve peninsular tal y como lo vemos hoy en día. Los sedimentos depositados en los geosinclinales sufrieron un proceso de plegamiento, mientras que los materiales duros de los macizos hercinianos fueron fracturados por las fuerzas orogénicas.

Era Cuaternaria o Antropoica (Iniciado hace 2 millones de años)

Durante este período no hubo movimientos orogénicos. Es un período que prosigue en la actualidad caracterizado por la acción erosiva de todo tipo (agua de lluvia, escorrentía, fluvial y glacial, viento, descomposición química, litológica, erosión vegetal y animal o humana).

Las Glaciaciones en las montañas de mayor altura (Pirineos, Cordillera Cantábrica, Sistema Central y Sierra Nevada), la acumulación de hielo produjo los glaciares (Un glaciar es una gruesa masa de hielo en la superficie terrestre por acumulación, compactación y recristalización de la nieve durante miles de años). En la cabecera del valle (también llamada circo) la acumulación de hielo rompe la pared, ampliando el valle (Glaciar de circo). Mientras que el hielo de las capas inferiores se desplaza fuera del circo, desparramándose valle abajo y ensanchando el valle en forma de U.

Las unidades del relieve

Como consecuencia de la Orogénesis y la erosión, se distinguen una serie de unidades de relieve que conforman la Península. El relieve peninsular se dispone rodeando a la Meseta: una zona de tierras altas y planas (entre 600 y 800 metros de altitud), dividida en submeseta norte y submeseta sur (Montes de Toledo). Rodeada por rebordes montañosos (Macizo Galaico, Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena) y por dos depresiones exteriores (depresión del Ebro y depresión del Guadalquivir), encerrada a su vez por cadenas montañosas periféricas (Pirineos, Cordillera Costero-Catalana y Cordilleras Béticas). Una Meseta es una planicie extensa y elevada sobre el nivel del mar, resultado de la erosión de antiguos macizos montañosos.

La Meseta, es la principal unidad del relieve español. Se trata de una altiplanicie, con altitud media de 600 a 700 m. y que ocupa el centro de la Península Ibérica (supone el 45% de su superficie). Esta la Submeseta norte que es una llanura elevada rodeada por montañas (salvo en su parte oeste) y donde predominan los materiales paleozoicos. Se distinguen tres zonas: Penillanuras: son superficies con pendientes muy suaves y con fondos de valle muy anchos por donde discurren los ríos. Páramos: Son relieves elevados, llanos y pedregosos. Con predominio de material calizo en la superficie. Campiñas: Se localizan en la zona central. Son llanuras bajas y suavemente onduladas, recorridas por ríos, que aportan sedimentos calizos y arcillosos, muy fértiles para la agricultura. El sistema central divide la Meseta en dos mitades. Está compuesto por una sucesión de sierras donde predominan los materiales paleozoicos (granito).

De esta forma, las sierras de Gredos, Guadarrama, Gata y la Estrella, se corresponderían a bloques fragmentados del zócalo meseteño mientras que los puertos (como el de Navacerrada y Somosierra), corresponderían a graben (bloques hundidos originados por el plegamiento alpino). El pico más alto es el Almanzor (2592) en la Sierra de Gredos. La submeseta sur está formada por las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana, separadas por los Montes de Toledo. Y los montes de Toledo divide la submeseta Sur en las cuencas hidrográficas del Tajo y el Guadiana. Es una sucesión de sierras de poca altura (1500 m.), fracturadas, al igual que el Sistema Central, en bloques o horst por la orogenia Alpina. Destacan las Sierras de Guadalupe y la de San Pedro.

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