3.3. El Novecentismo. Ortega y Gasset
Los autores pertenecientes a este grupo presentan una sólida formación intelectual como consecuencia del interés que despiertan en ellos las aportaciones europeas concernientes a todos los ámbitos del saber. Durante los años previos a la Guerra Civil, el ensayo mantiene el esplendor alcanzado en la etapa anterior e, incluso, experimenta un aumento cuantitativo y cualitativo. Puesto que los integrantes de este grupo consideran que el intelectual ha de adoptar una postura comprometida con la sociedad, interviniendo de forma constante mediante artículos, conferencias, etc., el ensayo se constituye en el cauce óptimo para la transmisión ideológica. José Ortega y Gasset (1883-1955) es una de las figuras más relevantes de la filosofía y del pensamiento español del siglo XX. Con él, el ensayo alcanza en España. Ortega fue un profundo conocedor de las culturas francesa y alemana, y poseía una sólida formación clásica. Los textos orteguianos se diseminan en múltiples publicaciones de carácter periódico, tales como El Sol o la Revista de Occidente, fundadas y dirigidas por él. Dentro de su producción ensayística cabe distinguir dos etapas: la primera muestra una clara intención literaria en su estilo y en la segunda presenta mayor contención en la forma. Dentro de su filosofía, cabe señalar el interés que adquieren la idea de circunstancia y el concepto de perspectivismo. La preocupación española constituye uno de los móviles de su pensamiento. Para Ortega, el problema de España se basa en la inexistencia de minorías selectivas y en la rebeldía anárquica de las masas. En cuanto a la estética, defiende que el arte debe abandonar los temas humanos (deshumanización) y tender a un estilo artificioso, alejándose de las masas, pues el arte es para las minorías. Su prosa es de gran belleza y suele introducir abundantes figuras retóricas. Sus escritos se caracterizan por un estilo oratorio en el que predominan las construcciones paralelísticas, las frases melódicas y el lenguaje metafórico. En el léxico, combina la presencia de cultismos, tecnicismos y préstamos de otras lenguas con expresiones coloquiales. Entre sus obras más importantes destacan: La España invertebrada (1921), en la que expone sus teorías sobre la decadencia española; La deshumanización del arte (1925), libro que se convirtió en uno de los más importantes e influyentes del momento; Ideas sobre la novela (1925); La rebelión de las masas (1930); y Estudios sobre el amor (1940). Merece especial mención la recopilación de los ocho volúmenes de El Espectador (1916-1934) en los que introduce temas diversos caracterizados por su actualidad. Otro ensayista significativo fue Eugenio D’Ors (1882-1954). Cultivó, fundamentalmente, la glosa, esbozo de un pequeño ensayo que surge a raíz de alguna anécdota o hecho de tema literario, artístico o político. Su primera obra, el Glosari (1906), constituye una recopilación de glosas publicadas en periódicos. Otros títulos significativos son: Tres horas en el Museo del Prado (1912) y Estudios sobre morfología cultural (1928). Gregorio Marañón (1877-1960), además de eminente médico, fue uno de los ensayistas españoles más destacados. En su estilo se entremezclan la prosa de erudición, la exposición científica y la prosa literaria. Son importantes sus interpretaciones de la Historia y de los mitos literarios. Destacamos entre otros títulos Tres ensayos sobre la vida sexual (1926) y Don Juan. Ensayo sobre el origen de su leyenda (1940), curiosa interpretación del personaje, al que considera poco masculino.
3.4. El ensayo y la crítica en la Generación del 27
El ensayismo de carácter literario adquiere especial relevancia en la Generación de 1927, ya que casi todos los integrantes de este grupo colaboraron en diferentes revistas. En el período anterior a la Guerra Civil adquieren gran importancia tres revistas que sirven de vehículo del pensamiento de la época, y por tanto, del ensayismo: La Revista de Occidente (1923-1936), fundada por Ortega, que tiene un marcado carácter europeísta. Cruz y Raya (1933-1936), que reflexiona sobre diversas cuestiones de carácter nacional. Sus temas son el arte, la política, la literatura y la religión. Entre las figuras vinculadas a ella encontramos a José Bergamín, su fundador. La Gaceta Literaria (1927-1931), que presenta un marcado carácter informativo. En ella se aunan las novedades de carácter europeísta con la tradición española. Destaca la figura de su fundador, Ernesto Giménez Caballero.