Los derechos señoriales y la sociedad estamental en el Antiguo Régimen

Los derechos señoriales

Los derechos señoriales eran el conjunto de prestaciones y rentas que recibían los señores en virtud de su dominio sobre la tierra. En primer lugar, la explotación económica de sus propiedades: los campesinos debían realizar una serie de trabajos que eran las prestaciones personales, y también debían entregar un tanto por ciento de la cosecha de las tierras que trabajaban. La utilización de los monopolios señoriales exigía tasas, así como la explotación de los bosques y ríos. El señor gozaba de jurisdicción, esto quiere decir que podía ejercer atribuciones de carácter público sobre un territorio mucho más amplio, que incluía además de sus propias tierras también las ajenas.



La sociedad estamental

La sociedad estaba dividida por estamentos, a los que se pertenecía por las circunstancias del nacimiento. Y eran: el Clero, que era el que se encargaba de rezar y asegurar la protección; la nobleza, que combatía y protegía de sus adversarios; y el estado llano, cuya función social era producir los bienes materiales.

Los privilegiados: el clero representaba una parte muy pequeña de la población, no tenían que pagar ningún impuesto directo y sus ingresos provenían del diezmo y de su patrimonio. El alto clero provenía exclusivamente de las clases nobiliarias. El bajo clero eran los sacerdotes, párrocos y monjes principalmente de origen campesino. La nobleza representaba el 2% y el 3% de la población, y gozaba de una serie de concesiones honoríficas económicas y fiscales.

Los no privilegiados: el tercer estado integraba a la mayoría de la población, entre un 90% y 95%. Les unía un interés común, su oposición al régimen feudal. La burguesía constituía el grupo económico más dinámico de la sociedad, su riqueza había aumentado notoriamente.



El absolutismo monárquico

La monarquía de derecho divino

3.1

El eje central del sistema político del Antiguo Régimen era la monarquía absoluta de derecho divino, según la cual la autoridad del monarca provenía de Dios. El principal órgano de gobierno era el consejo de estado: consejo de finanzas, de justicia, de guerra, etc. La administración provincial estaba en manos de gobernadores o intendentes. El monarca no compartía la soberanía con ninguna institución, su poder estaba restringido tan solo por la ley divina.

Los inicios del parlamentarismo

3.2

Una segunda revolución destronó a los Estuardo, y el parlamento obligó al nuevo rey, Guillermo de Orange, a jurar la declaración de derechos, que limitaba los poderes del monarca y sometía algunas de sus decisiones al parlamento.



La crisis del Antiguo Régimen

El espíritu de la Ilustración

4.1

La Ilustración fue un movimiento de carácter intelectual que se desarrolló en la Europa del siglo XVIII y cuyas ideas inspiraron la independencia de EEUU y la Revolución Francesa. Los ilustrados propugnaron una fe absoluta en la razón como único medio para entender y explicar el mundo. Aunque la mayor parte de los ilustrados eran deístas, rechazaban la superioridad de cualquier religión sobre las otras.

La crítica al Antiguo Régimen

4.2

Los ilustrados configuraron las bases de una nueva doctrina política que conocemos con el nombre de liberalismo. Montesquieu propugnó la división de poderes. Rousseau defendió la necesidad de un contrato social entre gobernantes y gobernados. Voltaire se proclamó defensor de la libertad de conciencia.

El despotismo ilustrado

4.3

Algunos soberanos, sin renunciar a su carácter de monarcas absolutos, intentaron experiencias reformistas que pretendían unir con las ideas de progreso de la Ilustración. Así, en buena parte de Europa aparecieron monarcas ilustrados.

¿Qué aportó la independencia de EEUU al liberalismo? Los colonos americanos estaban descontentos ante una metrópoli que no les permitía enviar representación al parlamento inglés, les obligaba a pagar impuestos y les imponía un monopolio comercial sobre su territorio. El detonante para la rebelión, que se inició en 1773, fue la decisión británica de otorgar el monopolio de la venta del té a una compañía inglesa.