Comentario:
Si partimos del centro de la imagen, vemos que en él se encuentra el centro histórico de calidad, zona urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la industrialización, a mediados del s.XIX. A partir de esa fecha, se construyen los barrios obreros y el ensanche burgués. El centro histórico ha sufrido a lo largo de la historia diversas transformaciones en cuanto a su plano, trama urbana, edificaciones o usos del suelo. En época industrial, el casco antiguo ha experimentado una progresiva terciarización, iniciada en el primer tercio del s.XX y culminada en la década de 1960, que consolidó el casco antiguo como centro comercial y de negocios de la ciudad, instalando en él actividades capaces de rentabilizar el alto precio del suelo (sedes de banca, grandes empresas, instituciones públicas, comercios de lujo, grandes hoteles o centros de ocio y culturales). Las actividades financieras y de banca centradas en esta zona de la ciudad dieron nacimiento en muchas grandes ciudades al llamado CBD, oficinas y servicios centrales en la gráfica, que se representa en esta imagen con el mayor precio del suelo de toda la ciudad (sólo asumible por las grandes corporaciones bancarias y financieras, grandes multinacionales, …) y con una edificación vertical muy elevada, característica de las construcciones sede de las grandes corporaciones bancarias y financieras.
En época postindustrial se ha acentuado la segregación por funciones en esta zona central de la ciudad, distinguiéndose los sectores renovados, que mantienen su especialización terciaria, y los degradados, que pierden los usos tradicionales (comercio de artículos cotidianos o pequeños talleres) e instalan otros como el ocio degradado. En la gráfica aparece como el centro degradado, con un precio del suelo muy inferior al del centro histórico y al del CBD. En estas áreas, las políticas de rehabilitación promueven la recuperación del comercio tradicional y la implantación de nuevos usos, como el turístico-cultural, que es una de las bases de las políticas de promoción urbana actuales.
Si continuamos hacia la izquierda de la gráfica, nos encontramos con los barrios obreros e industriales (suburbio, polígono de viviendas, bloques de viviendas) donde los usos del suelo han ido variando desde su creación, pasando de ser residencias obreras, industrias, almacenes y talleres a ser renovados en la actualidad con el desplazamiento de la actividad industrial a otros lugares más periféricos (en la gráfica se aprecia el polígono industrial en el extrarradio urbano). En estos barrios el suelo ha sido ocupado más recientemente por usos terciarios (oficinas, centros comerciales, …). Más allá de estas zonas ocupadas por bloques de viviendas (muchos de ellos viviendas de protección oficial o planificadas en la época del desarrollismo para albergar al éxodo rural) nos encontramos con las áreas de menor precio del suelo: los polígonos industriales y las zonas ocupadas por la infravivienda, sin dotación de servicios ni organización urbanística y de uso residencial marginal.
Partiendo del área de oficinas y servicios centrales hacia la derecha de la gráfica nos encontramos con el ensanche burgués. Creados en la época industrial del s.XIX, los ensanches respondían a los deseos de crecimiento urbano de la burguesía, con plano regular, dotación de servicios (pavimentación, alcantarillado, abastecimiento de agua, espacios verdes). El uso del suelo fue inicialmente residencial de calidad, pero hoy en día estas áreas han pasado a formar parte del espacio central urbano, por lo que los ensanches reciben funciones terciarias que se extienden desde el centro histórico a sus calles centrales (comercios, oficinas), de ahí que el precio del suelo en estas zonas sea tan elevado.
La colonia jardín, (o ciudad jardín, como fueron concebidos originalmente estos espacios a finales del s.XIX) sigue manteniendo un elevado precio del suelo. De uso residencial de calidad en la actualidad, fueron concebidas en su época como colonias residenciales para el proletariado, puesto que los ensanches eran los espacios de la burguesía. Se trataba de poner en práctica las ideas de los urbanistas británicos que hablaban de los beneficios de los espacios verdes y del contacto con la naturaleza, eliminando las viviendas insalubres del extrarradio. Hoy en día son lugares de residencia de clase alta con un elevado precio del suelo pues sus espacios ajardinados le confieren una alta calidad en un lugar no demasiado alejado del centro urbano.
Continuando hacia la periferia urbana, los polígonos de viviendas de calidad presentan un uso residencial y un precio del suelo más bajo, que se reduce aún más en las áreas destinadas a centros comerciales (funciones comerciales y de ocio, usos terciarios), para volver a subir en las urbanizaciones residenciales, áreas de uso residencial de alto nivel, con viviendas unifamiliares rodeadas de espacios verdes y jardines y que cuentan con una buena conexión por autovías y líneas de transporte con los espacios centrales y con los servicios más importantes. La calidad constructiva y urbanística y la exclusividad del entorno hacen que el precio del suelo sea muy elevado en estas áreas de la periferia urbana que, en algunos casos, conectan ya con pequeños núcleos rurales preexistentes que pueden incluso pertenecer a municipios colindantes.