Posibilismo político

AÑOS 40

La poesía se desarrolló en torno a tres revistas: “Escorial”, “Garcilaso” y “Espadaña”.

“Escorial” reuníó a los poetas de la generación del 36 (Luis ROSALES, LEOPOLDO PANERO, DIONISIO RIDRUEJO Y Luis Felipe VIVANCO), que se decantaron por una poesía intimista de temas líricos tradicionales: el amor, la muerte, la tierra, el paisaje.

“Garcilaso” sus autores son básicamente los mismos poetas de Escorial. Los temas fundamentales son Dios y la patria, el paisaje castellano, el amor… Se denominó “poesía arraigada”. Ofrecen una visión positiva del mundo obviando la dura realidad española del momento.

La revista “Espadaña” (1944). Contra esta visión esteticista y de evasión reaccionan una serie de escritores que reclaman una poesía con mayor contenido humano y existencial, que refleje la desgarradora realidad española de la época (“poesía desarraigada” la llamó Dámaso Alonso).

TEMAS: la angustia histórica (causada por la guerra) y la angustia existencial (la ausencia de Dios). Fecha clave: 1944, se publica “Hijos de la ira” de Dámaso Alonso (“Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres”) y “Sombra del Paraíso” de Vicente Aleixandre.

En este grupo destacan: GABRIEL CELAYA, BLAS DE OTERO, CARLOS BOUSOÑO, JOSÉ HIERRO.

Vanguardismo. Además de los dos polos señalados, hay escritores que intentan enlazar con la generación del 27 y con el Surrealismo: la revista “Postismo”.

AÑOS 50 POESÍA SOCIAL

Hacia 1955 se consolida el llamado «Realismo social». De esa fecha eran dos libros de poemas que marcan un hito: Pido la paz y la palabra, de BLAS DE OTERO, y Cantos iberos, de GABRIEL CELAYA. En ellos, ambos poetas superan su anterior etapa de angustia existencial para situar los problemas humanos en un marco social.

En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el tema de España, más obsesivo aún que en los «noventayochistas» y con un enfoque distinto (más político). Se sitúan temas concretos como la injusticia social, la alienación, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y de un mundo mejor.


Estilísticamente se trata de una poesía que emplea un lenguaje claro de tono coloquial.

Las tres figuras relevantes de este periodo son José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero.

AÑOS 60 Y 70

A finales de los cincuenta aparecíó un grupo de poetas que, sin dejar los temas sociales, buscaba una mayor elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal. Para ellos, el poema es un instrumento que permite al ser humano conocer el mundo y conocerse a sí mismo. Son los poetas conocidos como la Promoción de los sesenta: Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Francisco Brines, Claudio Rodríguez (1934).

Se puede establecer un temática común a todos ellos:

· la reflexión sobre el paso del tiempo (el tiempo pasa y destruye; sólo la infancia y la adolescencia se verán como un paraíso perdido).

· el amor como cauce del erotismo y la amistad.

· la reflexión sobre la creación poética.

En algunos poemas tratan asuntos de tema social y político, pero tratados con ironía, un cierto distanciamiento autocrítico y una mayor perfección estilística. En el estilo, es muy visible que el lenguaje conversacional es compatible con una exigente labor de depuración y de concentración de la palabra.

Los años 70: los Novísimos

Movimiento vanguardista de ruptura con la poesía social y de indagación con un nuevo lenguaje de experimentalismo formal. Los nuevos autores no creen que la poesía pueda cambiar la realidad. Preocupación por la forma y el lenguaje, ruptura con la cultura tradicional e inspiración en el mundo del cine, el deporte, televisión, cómic o canciones. Incorporación de referencias muy cultas a obras y autores extranjeros.

El nombre procede de una antología publicada en 1970 por el crítico José María Castellet con el título “nueve novísimos poetas españoles”.


EL TEATRO ESPAÑOL DE 1936 A 1975 (EBAU)

El teatro posterior a la guerra fue bastante limitado debido a la política y a la cultura de la época.

Durante los años 40 y 50 predominaban las tendencias continuistas, pero se seguía buscando el cambio, del que destaca el teatro existencial. En los años 50 aparece un teatro realista y social, que denuncia hasta donde tolera la censura política. En los años 60 y 70 hay intentos experimentales con carga crítica, y con la llegada de la democracia en el 74 desaparecen estas limitantes.

El teatro de la posguerra sirve para entretener y para transmitir ideologías, negándose las aportaciones de la preguerra (Lorca y Valle-Inclán), estrenando obras, exaltando a los vencedores y programando autores clásicos (Calderón, Lope y Zorrilla), habiendo un gran control sobre las obras y autocensura entre los dramaturgos.

Hubo varias tendencias durante la época.

Una de ellas es la comedia burguesa, basada en el teatro benaventino (perfecta construcción, dosis de humor, temas: familia, hogar y amor), con Joaquín Calvo Sotelo (La Muralla), Víctor Ruiz Iriarte (El puente de los Suicidas) y Jaime Salom (La casa de Chivas).

Otra es el teatro de humor, en el que destaca Enrique Jardiel Poncela (humor inverisímil, personajes en constante movimiento, sociedad feliz, objetivo: amor y dinero, mezcla humor verbal y situación (Los ladrones somos gente honrada)) y Miguel Mihura (denuncia: absurdo de la vida, vaciedad tópicos, y convenciones sociales que no dejan ser feliz, distorsiona la realidad con imaginación y fantasía, gusta de asuntos policíacos (Tres sombreros de copa)).

Hubo un teatro renovador anterior a la guerra. Los autores del exilio fueron Casona (conflicto entre realidad y fantasía (Dama del Alba)) y Max Aub (producción condicionada por los traumas (Morir por cerrar los ojos)).

Aparece el teatro grave, preocupado, inconformista, insertado en una corriente existencial. Hubo dos fechas importantes: 1949 (Historia de una escalera, Antonio Buero Vallejo) y 1953 (Escuadra hacia la muerte, Alfonso Sastre). Nace la corriente realista, que dura hasta los 70.


Con Historia de una escalera comienza la producción de Buero. Introduce una tendencia basada en el compromiso con la realidad, y la renuncia del teatro de evasión. En su obra, la problemática social aparece en el drama después de mucho tiempo, planteando la imposibilidad de mejoría. Rompe con las técnicas realistas apareciendo nuevas formas escénicas.

Alfonso Sastre forma el teatro de agitación social, y con Escuadra hacia la muerte muestra la rebelión contra la autoridad que induce a una guerra que nadie entiende.

Un grupo de jóvenes autores ofrecen una propuesta teatral con actitud de denuncia sobre la injusticia social y la alineación individual en la mayoría de las profesiones, con un Realismo directo y crítico, teniendo al pueblo de protagonista e inspirado en la visión esperpéntica. Con lenguaje directo y coloquial con obras como El tintero.

Antonio Gala comienza su trayectoria teatral con Los verdes campos del edén. Goza del favor del público, representa nuevas obras con éxito comercial, y tiene un tono poético y trasfondo simbólico.

Se buscan nuevas formas dramáticas, y consideran agotado el Realismo, por lo que experimentan y se hacen llamar autores de nuevo teatro. El teatro experimental considera el teatro un espectáculo, siendo el texto literario un ingrediente más y no el centro de la representación. Quieren hacer el teatro más dinámico, en el que el público puede participar.

Entre los autores de esta corriente podemos señalar a Fernando Arrabal y Francisco Nieva. Las obras del primero podrían situarse entre el esperpento, el Surrealismo y el teatro del absurdo, y podemos destacar El cementerio de automóviles o Pic-Nic. Arrabal es el creador del llamado “teatro pánico”, presidido por la confusión, el humor y la incorporación de elementos surrealistas en el lenguaje. Los temas más frecuentes en sus obras son la sexualidad, la religión, la política, el amor y la muerte.

Los simbolistas tienen un marcado pesimismo y usan simbología animal.

En el teatro independiente, hay trabajos de grupo, compañías estables con las que disminuye la importancia de un autor tradicional. Algunos tuvieron una notable repercusión, como Tábano con Castañuela 70 o Els Joglars con El joc, haciendo una síntesis entre la tendencia experimental y los elementos populares.