Reyes Católicos
A finales del Siglo XV (Edad Media), tal y como podemos observar en el mapa, la Península Ibérica se encontraba dividida en cinco reinos: Castilla, Aragón, Portugal,
Navarra y Granada. En realidad, esta “uníón dinástica” se proyectó como una
“federación”, puesto que seguirán existiendo fronteras y cada reino seguirá gobernado
por sus respectivos monarcas, rigiéndose por sus propias leyes, instituciones,
monedas y Cortes. El ascenso al trono de Isabel vino acompañado por una guerra civil con Juana “La Beltraneja”. Este conflicto bélico finaliza en 1476 proclamándose Isabel
como reina de Castilla en la batalla de Toro. Castilla toma el papel dominante debido a
su mayor extensión, ubicación y población.
Realizando una lectura previa del mapa, los RRCC, comenzaron con una
expansión territorial que les llevó a: Culminar la conquista del Reino de Granada en 1492. Finalizando así la Reconquista y con el último reducto musulmán en el territorio peninsular. Ocupan el Norte de África (como Ceuta, Melilla u Orán) o el territorio del
Rosellón de Francia. Con respecto a Canarias, culminaron la conquista de las
islas realengas (Gran Canaria, La Palma y Tenerife). Y por último, ocupan el
reino de Navarra en 1512. El nuevo Estado presentaba las siguientes carácterísticas:
-Sometimiento y limitación del poder de la nobleza.
-Crearon un ejército permanente y un cuerpo de funcionarios reales con el
objetivo de apartar del poder a los nobles; mientras que para fortalecer la
Hacienda Real crearon la Santa Hermandad con atribuciones policiales, judiciales y de recaudación de impuestos.
-Control de las Órdenes Militares (Alcántara, Calatrava y Santiago). Para ello se
les presiónó para que eligieran a Fernando como Gran Maestre de todas ellas.
-Reforma y fortalecimiento de las instituciones del Gobierno, creando nuevas
organizaciones o figuras como la del corregidor y reforzando las ya existentes.
En Castilla se modernizó el Consejo Real, que contaba con una Corte
encargada de la Milicia, la Chancillería y la Hacienda. Mientras que la Corona
de Aragón reforzó sus instituciones como Consejo Real, la Corte y las Cortes
menores, la Audiencia y la Justicia.
-Control de las Órdenes Militares (Alcántara, Calatrava y Santiago). Para ello se
les presiónó para que eligieran a Fernando como Gran Maestre de todas ellas.
-Para lograr la uniformidad religiosa como forma de cohesión social, reforzó el
Tribunal de la Santa Inquisición, convirtiéndolo en el principal instrumento de
control ideológico y religioso contra los falsos conversos. Los RRCC
fomentaron la conversión forzosa de musulmanes y expulsaron a los judíos
en 1492 y a los mudéjares al siglo siguiente.
Como nos señala el mapa, los RRCC plantearon una política ampliando sus
territorios y desarrollando una expansión que mantuvo su dominio e influencia en el
área mediterránea y abrir nuevas rutas hacia el Atlántico. También sentaron las bases
de la monarquía moderna basada en la autoridad real, centralismo y sometimiento de
la nobleza e Iglesia.
CONDE DUQUE
El S. XVII está marcado por la pérdida y el declive de la hegemonía española
en Europa, la decadencia de Castilla, y una grave crisis social, política y económica :
peste, malas cosechas, guerras, parálisis del comercio y de la industria, despoblación
de tierras, empobrecimiento de las clase productiva (campesinos, artesanos
comerciantes), gastos desorbitados de la Corte, descenso de la llegada de metales
preciosos de América y la existencia de un modelo social aristocrático rentista y
exento del pago de impuestos. En contraposición, a nivel artístico y literario este
período pertenecíó al llamado “Siglo de Oro” en el que destacaron Cervantes,
Velázquez y Francisco de Quevedo.
Fue la época de los Validos, hombres de confianza que ejercían las tareas del
gobierno. Felipe III contaba con el Duque de Lerma y Felipe IV con el Conde Duque de
Olivares. En Europa destacaba la Guerra de los Treinta Años (1618-48), conflicto de
signo religioso que enfrentó a protestantes y católicos, pero también significó una
lucha política contra el dominio en Europa de los Habsburgo austriacos y españoles.
Ésta culminó con La Paz de Westfalia en 1648, donde se aceptó que los intereses de
los estados y la religión prevalecerían sobre el Imperio romano-germánico. España
reconocíó la independencia del territorio norte de Flandes que pasó a llamarse
Provincias Unidas de Holanda.
Olivares gobernó basándose en dos premisas: autoritarismo y centralismo.
Intentó integrar a todos los reinos en un solo estado común, pero fracasó, y originó
enfrentamientos y graves revueltas internas. Para aliviar a Castilla que llevaba el peso
de todos los gastos en las acciones políticas y militares todos los reinos tendrían que
sufragar los gastos de las guerras. Así surge La Uníón de Armas, proyecto para crear
un ejército de 140.000 hombres, mantenido y reclutado por cada territorio en función
de sus recursos.
Por otro lado, para dar solución a los problemas financieros de la monarquía
ideó la fundación de una red nacional de erarios. Éstos pagarían un interés a quienes
depositaron su dinero en ellos y concederían préstamos a la Corona. Aumentó los
impuestos sobre los productos de primera necesidad conocidos como “cientos” y se
eliminaron otros, además se vendieron cargos públicos como el de (Tesorero,
Regidor, Alguacil, Escribano).
Estos proyectos reformistas se inscribían en un plan más amplio, que pretendía
la unificación de la monarquía siguiendo el modelo de Castilla y pretendía crear una
estructura centralizada de Estado, más fácil de gobernar. Pero su aplicación era casi
imposible. Tanto por el contexto de guerra exterior y dificultades económicas de la
monarquía, como por la oposición de los distintos reinos, celosos de sus derechos y
privilegios forales.
El momento más crítico se alcanzó en 1640, con las rebeliones de Cataluña y
Portugal, esta última logró su independencia en 1668 aunque estaba anexionada a
España desde 1581. Relacionada con ésta surgíó la Conspiración del Duque de
medina Sidonia en un intento de sublevar Andalucía contra el rey e instaurar una
monarquía vinculada a su persona. Por otra parte, en Cataluña las Cortes se negaban
a pagar más dinero para sufragar la guerra contra Francia. Los campesinos y los
segadores se rebelaron y se apoderaron de Barcelona, esta jornada se conoce como
el Corpus de Sangre. Finalmente, Cataluña se somete al poder real de Felipe IV.
En 1643, Felipe IV se vio obligado a destituir al Conde-Duque de Olivares. Sus
proyectos de reforma, la presión fiscal y los proyectos unitarios combinados con una
guerra inacabable habían provocado la crisis de la monarquía y su fracaso personal.