Arte paleocristiano y bizantino

ARTE BIZANTINO

El arte Bizantino fue el resultado de la continuidad del arte romano unido a la tradición helenística de las ciudades griegas del Mediterráneo Oriental. Se suelen destacar tres momentos de esplendor o Edades de Oro: -La Primera edad de oro se dio en el s. VI, coincidiendo con el reinado de Justiniano, que quiso reconstruir el Imperio Romano y conquistó Italia y otros territorios occidentales. Los centros artísticos más importantes fueron Constantinopla, la capital, y Ravena, ciudad italiana junto al Adriático. Durante los siglos VII y VIII, el Imperio sufríó una grave crisis e importantes perdidas territoriales ya que los lombardos conquistaron Italia y los musulmanes Siria, Palestina, y Egipto. En el siglo VIII, se produjo la Querella iconoclasta cuando León III prohibíó las imágenes religiosas, para evitar la idolatría, lo que tuvo una gran repercusión artística por la destrucción de obras. Con la crisis iconoclasta, el Imperio abandonó la tendencia romanista y se helenizó. Constantinopla recuperó el nombre griego de Bizancio, y el título del emperador se convirtió en el griego basileus. -Segunda edad de oro. Se extiende desde mediados del IX hasta el s. XII. El arte bizantino cobró fuerza en el área Balcánica y, fuera del territorio imperial, en Venecia, en Sicilia y en el mundo eslavo. -La Tercera edad de oro, mucho menos importante, se desarrolló en el Siglo XIV. ESTRUCTURAS ARQUITECTÓNICAS: -Materiales: ladrillo, mampostería, mortero, mármoles en columnas y capiteles, y revestimiento de mosaicos en los interiores. Para aligerar las bóvedas, se utilizaron con frecuencia piedras porosas, “ánforas de Rodas” y ladrillos troncocónicos que, encajados, dejaban cámaras de aire en el interior.
-Elementos sustentantes. El muro es liso en el exterior y está revestido en los interiores. La columna tiene basa, fuste liso y capitel derivado del corintio o con decoración vegetal estilizada. En ambos casos se emplea el trépano, logrando efectos de claroscuro. Sobre el capitel, es frecuente el cimacio, con forma de tronco de pirámide invertida. -Elementos sostenidos. Es arquitectura abovedada, con arco de medio punto y bóvedas de cañón, arista y, sobre todo, cúpula sobre pechinas. Para contrarrestar los empujes se utilizan contrafuertes y otras cúpulas o medias cúpulas, lo que produce un escalonamiento de los volúMenes en el exterior. -Plantas. En la Primera edad de oro alternan la central y la basilical. A partir de la segunda se impone la planta de cruz griega frecuentemente inscrita en un cuadrado.

OBRAS MÁS DESTACADAS

El edificio más importante de la Primera edad de oro es la iglesia de SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA, iniciada el año 532 y consagrada el 537. La mandó construir el emperador Justiniano dedicándola a la sagrada sabiduría de Cristo. Sus arquitectos fueron Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, que diseñaron una planta basilical de tres naves, con tribuna y nártex, pero que tiene también carácterísticas del sistema central. El exterior sorprende por la sencillez de su masa arquitectónica y por el escalonamiento de formas redondeadas, desde las medias cúpulas de las exedras hasta la enorme cúpula. Sólo rompen la armónía los cuatro enormes contrafuertes. Los alminares fueron añadidos por los turcos, al convertirla en mezquita. El interior de la nave central es una antítesis del exterior. La gran cúpula, construida con arcilla de Rodas, ocupa el centro del espacio: tiene nervios radiales y, en la base, cuarenta vanos que crean un anillo de luz; la cúpula descansa sobre cuatro pechinas y, longitudinalmente, sobre dos bóvedas de cuarto de esfera que a su vez se apoyan en exedras. La visión de la cúpula transmite una sensación de estatismo, propio de una planta central, pero, pronto se advierte un eje longitudinal, prolongado por las exedras. Se crea así un movimiento hacia la cabecera, acentuado por las dos series de vanos laterales superpuestos. El interior, como en otras Iglesias de esta etapa, está muy decorado por contraposición al exterior, que carece de decoración. El otro foco de la Primera edad de oro es la ciudad de Ravena. Allí encontramos la iglesia de San Vital, cuya planta es central (octogonal) con una cúpula que se apoya sobre capillitas semicirculares (exedras) con columnas. Alrededor de las exedras hay un deambulatorio con tribuna, y a los pies, un nártex rectangular y descentrado. San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo son de planta basilical. Desde la Segunda edad de oro se tiende a dar más importancia a los exteriores, en los que, con frecuencia, se prodigan las arquerías y las cúpulas sobre tambor. Entre los ejemplos destacan las iglesias de San Marcos en Venecia, de cruz griega y cinco cúpulas, Santa Sofía de Kiev en territorio eslavo, y la Teotocos, del monasterio de San Lucas, en Grecia. La Tercera edad de oro es la más decorativa y pintoresca, con múltiples cúpulas gallonadas y bulbosas. La influencia de esta etapa se manifiesta, tardíamente, en San Basilio de Moscú (s. XVI).

Las catacumbas eran canteras abandonadas que los cristianos compraron para enterramientos comunitarios y que, en los momentos de persecución, utilizaban para el culto. Constan de numerosas galerías subterráneas, en cuyas paredes se abren nichos llamados loculi, y desde las que se accede a algunas cámaras, cubicula, donde enterraban a los mártires más destacados.