Comentario de texto de la constitución de 1876

TEMA 8

1.LAS BASES DEL RÉGIMEN RESTAURADO

La revolución de 1868 no consiguió́ instaurar una forma estable de monarquía, ni solucionó el problema social. Faltaba una auténtica burguesía en España, con conciencia unitaria, capaz de asegurar un sistema social. A esto se añadíó el divorcio de la masa popular con respecto a las clases dirigentes del país. Así́ comenzó́ el periodo llamado de la Restauración. Por restaurar se entendí́a restablecer la dinastía borbónica y crear las condiciones necesarias para mantenerla, lo que suponía la vuelta al más puro moderantismo liberal, pero con modificaciones externas.

El retorno de la dinastía borbónica

Tras el golpe del general Pavía, el general Serrano encabezó el gobierno y se dedicó a acabar con la guerra carlista. Los oficiales Alfonsinos de grado alto y medio adquirieron mayor protagonismo, mientras que la burguesía catalana y el negocio ultramarino constituyeron un grupo de presión que apoyaban la restauración de la dinastía borbónica.

El 1 de Diciembre, el príncipe Alfonso dirigió́ un manifiesto a la nació́n, redactado por Cánovas, en el que afirmaba que la única solución para los problemas de España residí́a en el restablecimiento de la monarquía tradicional. Aunque Cánovas, líder de esta opción, no era partidario de nuevos pronunciamientos, el general Martínez Campos proclamó a Alfonso VII como rey de España y obtuvo inmediatamente la adhesión de la mayor parte del ejército. Cánovas apelaba a la burguesía que había apoyado a Isabel II, para que de nuevo sostuviera el trono de Alfonso VII. Así́ se inició la Restauración, que pretendí́a restablecer el régimen liberal moderado anterior.

Primeras medidas de Cánovas del Castillo

Cánovas encabezó el gobierno logrando la conciliación entre todos los monárquicos alrededor del futuro rey Alfonso XII.
El rey entró en Madrid el 14 de Enero de 1875 como un procurador de la convivencia entre todos. Las primeras medidas del nuevo régimen consistieron en lograr el apoyo de la Iglesia, suspender los periódicos de la oposición que habían florecido en los años anteriores, conseguir un ejército amigo reincorporando a los mandos que habían sido eliminados y depurar al funcionariado; renovando los cargos de las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. Para evitar futuros pronunciamientos militares, el Rey no sería en adelante solamente la clave del mecanismo político-constitucional, sino también un efectivo jefe supremo del ejército. Se dio fin a la Guerra Civil con los carlistas en el norte en Febrero de 1876 y al conflicto de Cuba con la paz de Zanjón en 1878.

Constitución de 1876

La convocatoria de Cortes para elaborar la nueva Constitución se hizo por sufragio universal pero ya se había organizado un sistema de captación de votos. El proyecto constitucional se formuló de manera flexible para que diera cabida a los distintos programas liberales. Cánovas considero fundamental establecer unas premisas para poder colocar la monarquía por encima de los partidos políticos y para que quedara fuera de futuros posibles debates. Para ello apeló a una constitución interna que debía ser el fundamento de toda Constitución.

Los artículos de esta fueron aprobados en breve tiempo y con pocos debates, si se exceptúan los que afectaban a la cuestión religiosa. El Congreso se dividíó entre los defensores de la unidad católica y los partidarios de la tolerancia. Al final se llego a una fórmula ecléctica, qué pretendía satisfacer a todos. La breve Constitución de 1876 establecía una imperfecta división de poderes; reconocía vagamente las libertades políticas básicas y establecía un Parlamento bicameral. La Constitución determinaba un estado confesional, aunque permitía el ejercicio privado de otras religiones. 

Sistema político canovista: turnismo y bipartidismo


El sistema canovista se sustentaba sobre dos pilares: la soberanía compartida, del Rey y las Cortes, y la existencia de unos partidos oficiales. Pensaba Cánovas que eran precisos dos partidos respetuosos de la Constitución. Serían unos grandes partidos que nada tendrían que ver con los partidos de masas. Estos dos partidos estarían apoyados en un electorado de burgueses relevantes, puesto que la ley electoral de 1878 había restablecido el sufragio censitario. 

Cánovas, jefe del partido liberal-conservador precisaba, como elemento de contraste, un partido que se estructurara de acuerdo con la izquierda dinástica, y así convocó el nuevo partido liberal fusionista que tenía por jefe a Sagasta.

 Se reforzó la coerción política, el autoritarismo y el centralismo político-administrativo, plasmado en la igualdad de códigos y la igualdad jurídica de todos los ciudadanos. 

Se abolieron los fueros de las provincias vascas por una ley de Julio de 1876.

Cánovas se limitó a comunicar a los representantes de las diputaciones forales su decisión de proponer a las Cortes, para su aprobación, un proyecto de ley , que haría extensivas a sus provincias la obligación de prestar el servicio militar y el pago de las contribuciones consignadas en los presupuestos del Estado.

El centralismo, con eje en Madrid, se hizo patente en la reorganización de las diputaciones provinciales y los ayuntamientos. Los alcaldes serían nombrados por el Rey, lo que equivalía a ser designados por el Gobierno, y que los presupuestos provinciales y municipales deberían ser aprobados por este.

Se restringíó la libertad de imprenta al establecerse la censura previa a los impresos de menos de 200 páginas. La iglesia tenía la potestad para censurar todos los libros en lo que a la moral y las buenas costumbres concerniera. El resultado era que todas las publicaciones estaban reguladas. La ley de imprenta de 1879 extendíó la consideración de delito a todo ataque, e incluso a la duda, sobre el sistema político y social de la Restauración.

Caciquismo

El turno era una forma política que, gracias a la manipulación electoral, daba a ambos partidos la posibilidad de alternarse en el gobierno. Aceptar la falsificación permanente implicaba estar de acuerdo con la corona y la Constitución y con la defensa del sistema de producción capitalista y la propiedad privada. El liderazgo de los dos partidos y el control del poder local mediante la práctica caciquil aseguraban el sistema. La práctica política consistía en encontrar un parlamento “adecuado” falseando la voluntad nacional. La presión que se ejercía para que los resultados no se apartasen de los objetivos se denominaba pucherazo. 

El caciquismo fue un hecho sociopolítico que se manifestó en España desde mediados del Siglo XIX hasta cumplirse el primer tercio del Siglo XX. Era un residuo de las antiguas relaciones señoriales. 

Los caciques eran miembros de una élite local o comarcal caracterizada por su arraigo en un medio geográfico, económico y social concreto en esa sociedad cerrada. Los caciques eran los más influyentes de la localidad y los agentes políticos encargados de recopilar los votos y amañar las elecciones.

La evolución del régimen

En 1885 murió Alfonso XII, con lo que se crea una situación de riesgo para la continuidad del régimen. Sagasta llegó a un acuerdo con Cánovas para garantizar la alternancia y el turno de partidos mediante el llamado Pacto de El Pardo. Comenzó así el periodo de regencia de María Cristina de Habsburgo, qué duraría hasta 1902.

Sagasta formó gobierno en cinco ocasiones y bajo sus gobiernos se aprobaron distintas leyes que aportaron una cierta democratización al régimen: ley de libertad de reuníón y expresión, la ley de prensa, la ley de libertad sindical y, la más importante, la introducción del sufragio universal masculino