La poesía española en las tres décadas posteriores a la guerra Tema 7 civil. Miguel Hernández, Blas de Otero, Gil de Biedma y Gloria Fuertes 1.
La década de los 40 Tras la Guerra Civil (1936-1939) se inicia la dictadura franquista. La evolución natural de la literatura expcrimental y vanguardista de las décadas aniteriores se ve interrumpida por la muerte o exilio de muchos de las grandes autores y por las dificultades que imponen la represión la censura y el aislamiento del país En la poesía de los años 40 se vuelve mayoritariamente a las formas clásicas, con una revitalización del soneto, al estilo renocentista. Temáticamente, se aprecian dos tendencias. Que Dámaso Alonso denominó pocsia “arraigado” y”desarraigada”.
1.1. Poesía “arraigada”
Luis Rosales, Leopoldo Panero, José García Nieto, Luis Felipe Vivanca o Dionisio Ridruejo, (los llamados “garcilasistas”), representoban la “poesía de las vencedores”, esto es, una poesía que ofrecía una visión complaciente de la realidad. Características más destacadas Formas y estrofas clasicistas (sobre todo, sonetos, al estilo renacentista) Tono optimista y triunfante, con frecuentes alabanzas al pasoado glorioso de España, para ensalzar el presente. Una poesía intimista, que canta al amor, la belleza del paisaje, la tranquilidad del hogar y el sentimiento religioso. Un mnundo de serena belleza, que no contempla la angustia, la miseria moral y material y las represalias políticas que vivían los vencidas.
1.2. Poesía “desarraigada” o existencialista
En 1944, Dámaso Alonso (miembro de la Generación del 27) publica Hijos de la ira, la abra que inicia esta tendencia y que seguirán otros poetas poetas de la nueva promoción como Gabriel Celaya o Blas de Otero (Victoriano Crémer, Leopoldo de Luis). Frente al mundo armonioso de los poetas arraigados, esta corriente existencialista o desarraigada ofrece una visión pesimista y angustiada de la vida, con un lenguaje desgarrado, casi violento, a veces cercano al tremendismo. Estos poctas, que expresan una profunda disconformidad con la realidad, aunque sin hacer referencias explicitas a la situación de España, evolucionarán, en la década siguiente hacia la poesía social.
1.3 Corrientes vanguardistas :
Grupo Cántico y el Postismo En los años 40 y 50, además de las dos tendencias mayoritarias, conviven dos corrientes muy minoritarias, pero de gran importancia estética, que representan la excepción vanguardista en un contexto mayoritariamente clasicista el Grupo Cántico (García Baena, Juan Bernier), que impone una poesía de temática amorosa, sensual y barroca, en la estela de algunos autores del 27; y el Postismo (Carlos Edmundo de Ory Juan Eduardo Cirlot, Gloria Fuertes), que continúa la poética del Surrealismo.
2. Década de los 50
La poesía social La poesía existencialista y desarraigada de los años 40 desemboca en la poesía social realista en los años 50 Los escritores abandonan la expresión de su propia angustia interior para ofrecer un testimonio crítico de la realidad, en el que se denuncia la injusticia y la falta de libertad. La voluntad de escribir una poesía útil y clara, que llegue a la “inmensa mayoría” se traduce en el rechazo del esteticismo y en el uso de un lenguaje llano, deliberadamente prosaico, La literatura se concibe como social que de testimonio crítico de la realidad para agitar la conciencia instrumento de transformación política y los lectores. Los principales poetas sociales del 50 son los “desarraigados o existencialistas” de la década de las 40- destacan Blas de Otero, Gabriel Celaya o José Hierro.
3. Años 60 (Poesía de la experiencia). La Generación del medio siglo
Ya a finales de los años 50 publica sus primeras obras la Generación del 50 o Generación del medio siglo, un grupo de poetas que marcará el comino de la renovación poética de la đécada siguiente, buscando una mayon elaboración del lenguaje poético y un desplazamiento de lo colectivo a lo personal. PuniaAutores destacados: Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente, Ángel González, Carlos Barral, José Agustín Gaytisolo, Claudio Rodriquez. CarácterÍSTICAS Más jóvenes que los poetas sociales (son los “niños de la guerra”), comparten can la generación anterior la visión critica de la sociedad, unas actitudes éticas comunes y la atención a los problemas sociales, pero en el plano formal buscan un estilo más elaborado, que evite la simplicidad y el prosaísmo excesivo de alqunos poetas sociales 3. Los nuevos autores conciben la poesía como una forma de indagación en la propia experiencia. Se produce una vuelta a los temas intimistas, aunque las sentimientos personales se expresan de forma transgresora (marcado erotismo, expresión abierta de la homosexualidad), utilizando frecuentemente distanciador. Ironía o el humor como recurso Además de temas intimistas y existenciales como el paso del tiempo, la muerte, el amor o la soledad, serán frecuente en todos ellos las reflexiones sobre la creación poética y el concepto de poesía.
1. Miguel Hernández
Miguel Hernández ocupa un lugar singular en la literatura de posguerra pues, aunque por edad, pertenecería a la Promoción de 1936 (la que empezó a destacar en los años 40), la mayor parte de su obra se publicó antes de la Guerra, y su trayectoria poética es, en líneas generales, similar a la de algunos autores del 27, con una primera etapa más centrada en los aspectos formales y estilísticos y una etapa “humanizada”, en la que prima el mensaje y el compromiso, influenciada por los horrores de la guerra. Esta actitud ética hizo que Miguel Hernández, junto con Antorio Machado, fueran los modelos inmediatos de los poetas sociales de la posguerra. Evolución de su obra •
1.1 Madurez creativa (antes de la Guerra Civil)
Tras una etapa inicial de juventud y aprendizaje (Perito en lunas, 1933) en la que se aprecia la influencia de Juan Ramón Jiménez y las vanguardias, Miguel Hernández alcanza su madurez creativa con El rayo que no cesa (1936), obra en la que aparecen los tres grandes temas de su poesía: la vida, la muerte y el amor Su lenguaje poético es intimista y aparentemente sencillo, pero con una gran fuerzo expresiva potenciada por la brillantez de las imágenes.
1.2 Poesía comprometida. (Guerra Civil)
Tras el estallido de la Guerra Civil, se decanta por una poesía militante, comprometida políticamente, en la que la retórico y las exigencias formales pasan a uri segundo plano en favor de la expresión directa del sufrimiento y la angustia provocados por lo guerra. Viento del pueblo (1937), El hombre acecho (1939). •
1. 3 Última obra
Su última obra, Cancionero y romancero de ausencias, fue publicada póstumamente, en 1958, en Argentina. Recoge sus últimos poemas, muchos escritos cuando ya estaba preso y enfermo en la cárcel donde murió en 1942, con tan solo 31 años En ellos se refleja un sentido trágico de la existencia , a través de temas como cl amor, la paternidad y la ausencia, conectanda así con la temática existencialista predominante en la poesía de los años 40 de los poetas “desarraigados” y de los poetas exiliados en el extranjero.
2. Blas de Otero
Blas de Otero es el poeta más importante de la época . La evolución de su obra reflejo la Evolución mayoritaria de la poesía española de posguerra, con un primer periodo marcadamente intimista y existencialista y una segunda etapa comprometida y social, en los años 50 y una apertura hacia formas más innovadoras y experimentales en su última etapa *
Años 40. Poesía desarralgada, existencialista
Es uno de los poetas más destacadas de la llamada poesía “desarraigada”, de marcado tono existencial, tras los horrares de la querrá y la falta de libertad y la represión de la posquerra Su poesía en esta etapa tiene como temas la búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia, Formalmente, se caracteriza por el uso de estrofas clásicas y una leriguaje dramático y angustioso, incluso con cierta violencia expresiva. (Ángel fieramente humano, 1949)
Años 50 y 60, Poesía social
Blas de Otero evoluciona en los años 50 hacia la poesía social, de compromiso con los problemas colectivos, dejando de lado las angustias personales. Con Pido ka paz y la palabra (1955), el poeto se expresa con un lenguaje directo, coloqulal y alejado de todo esteticismo, en el que prima el mensaje directo. La palabra adquiere un valor estético y sobre todo, ético, pues sirve para denunciar el dolor, la injusticia y la falta de libertad Años 70, última etapa
Tras un cierto agotamienta de la poesía social, en esta última etapa busca nuevos caminos estéticos, En sus últimos poemarios (Hojas de Madrid, 1968-1979), aunque no desaparece la preocupación por lo social, vuelve también a la expresión de temas íntimos y, sobre todo, lo más destacable es una mayor innovación formal, con nuevos ritmos e imágenes cerconas al Surrealismo.
3. Jaime Gil de Biedma
Es el poeta más influyente de la Generación del 50. Al igual que en los demás poetas de la promoción del medio siglo, la experiencia tiñe toda su poesía. El propio Gil de Biedma afirmó que los dos temas principales de su poesía eran “el paso del tiempo y yo”. Otro de los grandes temas de su poesía es el amor, en su vertiente erática más audaz y sensual, que rechaza la moral convencional burquesa. En su poesía crea, como mecanismo distanciador, un personaje llamado Jaime Gil de Biedma, con el que mantiene una relación conflictiva (“Contra Jaime Gil de Biedma”) y al que termina matando (“Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma”). Es también carácterístico de su estilo el uso de la ironía para abordar sus propios sentimientos o la crítica a las convenciones morales y sociales de su ticmpo. La obra de Gil de Biedma se caracteriza por su brevedad. En 1975 reuníó toda su obra poética -en total 175 páginas- en el volumen final Las personas del verbo, que supone un punto de inflexión en su obra, en la que se enfrenta al paso del tiempo con amargura, escepticismo y pesimismo.
4. Gloria Fuertes (1917-1998)
Cultivó la narrativa, la poesía y el teatro, aunque su enorme éxito como escritora de poesía infantil eclipsó el resto de su obra literaria, que años después de su muerte, comenzó a ser reivindicada. En la década de los 40 conoce a Carlos Edmundo de Ory y se integra en el movimiento poético denominado “Postismo”, que continuaba en la posguerra la vanguardia surrealista de los años 30. Pero, paralelamente, funda el grupo poético “Versos con faldas”, junto a María Dolores de Pueblos y a Adelaida Lasantas, y durante dos años ofrecieron recitales poéticos en bares y distintos locales de Madrid. A partir de los años 60 y 70, publicará numerosas obras poéticas (Ni tiro, ni veneno, ni navaja (1966), Poeta de Guardia (1968), Cuando amas aprendes geografía (1973)), en las que, en la estela de la Generación del 50, los elementos intimistas adquieren mayor importancia. El conjunto de la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la irania y el humor con la que trata temas tan universales como el amor, la soledad, el dolor o la muerte. Sobresalen las metáforas ingeniosas, los juegos lingüisticos y el carácter fresco y sencillo que dan a sus poemas un ritmo cercano al lenguaje oral. Su voz poética es uno de las más personales y reconocibles entre los poetas contemporáneos, En su última etapa cultivó, con gran éxito, la literatura infantil.