LOS REYES CATÓLICOS Introducción:Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se casaron en 1469.Se trató de una uníón dinástica, cada uno heredará posteriormente su respectiva corona. Este matrimonio es la base de la creación de la Monarquía Hispánica. Sin embargo, no existíó una uníón política de Castilla y Aragón,sino que cada Corona mantuvo sus propias instituciones políticas, leyes y formas de gobierno.
Desarrollo:
1.1 El camino hacia la uníón dinástica. En ambas coronas gobernaba la dinastía Trastámara, pero no fue fácil conseguir el matrimonio entre Isabel y Fernando. Había conflictos internos en los reinos peninsulares. En Castilla existía una crisis política constante en el Siglo XV que desembocó en la Guerra de Sucesión Castellana (1474-1479) a la muerte de Enrique IV, entre Isabel ,hermana del rey,y Juana,hija del rey, apodada “la Beltraneja”. Isabel vencerá y se proclamó reina de Castilla. En Aragón, los problemas entre el rey y la nobleza llevaron a la Guerra Civil Catalana (1462-1472). El rey Juan II buscó una alianza con Castilla mediante la boda de Fernando con Isabel para fortalecer la monarquía aragonesa frente a la nobleza.
1.2 La política interior. Castilla era el reino más poderoso porque tenía una mayor población y un mayor dinamismo económico que Aragón. Políticamente Castilla tenía instituciones similares en toda la Corona y un mayor poder de la monarquía sobre los nobles, las ciudades y la Iglesia.Esta supremacía castellana fomentó la difusión de sus costumbres, leyes y lengua por el resto de territorios. Los objetivos fundamentales de la política interior de los Reyes católicos fueron: 1) El fortalecimiento del poder real mediante una “Política Religiosa”: a) Creación del “Consejo de la Suprema Inquisición” (1478) bajo autorización del Papa como medida de control de la uniformidad religiosa y como medio de reforzar el poder real ya que tenía jurisdicción tanto en Castilla como en Aragón y dependía directamente de los reyes; b) Fomento de las “Regalías” para controlar el nombramiento de obispos, reformar la vida eclesial, acabar con la corrupción del clero y mejorar la formación de los sacerdotes; c) Concreción de la uniformidad religiosa, con la expulsión de los judíos en 1492: 70.000 expulsados marcharon a Marruecos, Portugal y a otras ciudades europeas. Son los denominados judíos sefardíes.En cambio ,otros 50.000 judíos decidieron quedarse y convertirse al cristianismo. Serán fuertemente vigilados por la Inquisición y siempre fueron sospechosos de falsa conversión. Por su parte, los mudéjares fueron perseguidos desde 1499 y, a partir de la rebelión morisca de las Alpujarras, se procedíó al bautismo forzoso y masivo y a la expulsión de los que no aceptaron el bautismo. Los objetivos de esta política religiosa eran eliminar las minorías religiosas para hacer del cristianismo el fundamento espiritual y político de la unidad de los reinos. Los monarcas creían que la unidad religiosa era la base de la paz interior. 2) Fortalecimiento del poder real mediante un “ejército permanente” pagado por la Monarquía e independiente de la nobleza. 3) Fortalecimiento del poder real mediante un “cuerpo profesional de funcionarios” que atendía los asuntos diplomáticos y hacía la política exterior más eficaz y fiel a los reyes.
1.3 La formación de un Estado Moderno. El objetivo fundamental de los Reyes Católicos era lograr una monarquía autoritaria y fuerte. Para ello tuvieron que dar los siguientes pasos: 1. Acabar con los privilegios políticos de la nobleza, la Iglesia y las ciudades. 2. Reformar las instituciones existentes de gobierno en Castilla: Se reorganizó el Consejo de Castilla, que pasó a ser el principal órgano de gobierno de la Monarquía. Estaba formado por funcionarios profesionales con conocimientos jurídicos, con lo que los nobles tuvieron menos importancia en los Consejos. También se crearon otros consejos a su imagen: Consejo de Aragón, de Navarra, de Indias, de la Inquisición. 3. Creación de nuevos cargos, como los secretarios reales, que eran funcionarios que servían de contacto entre los reyes y los Consejos; los virreyes, para gobernar los territorios en los que los reyes no estaban presentes en cada momento. 4. Reducir el papel de las Cortes de Castilla, que perdieron su importancia política, ya que los Consejos asumieron parte de sus funciones. Solo quedarán para que jure el heredero al trono y para aprobar impuestos extraordinarios. 5. Revitalizar el cargo de corregidor: que será el cargo que, de verdad, gobierne en las ciudades. Para ello, los reyes reforzaron sus competencias, siendo administrativas, judiciales y militares. 6. Reorganizar el sistema judicial haciéndolo escalonado: a nivel local, los corregidores; a nivel regional, las Audiencias o Chancillerías y, como última instancia, el Consejo Real de Castilla. 7. Creación de “La Santa Hermandad” en 1476, que era un cuerpo armado para proporcionar seguridad en los caminos y que dependía directamente de la Corona. En la Corona de Aragón las reformas fueron más limitadas, se creó la figura del virrey en todos los territorios, se institucionalizó el sistema de “insaculación” para la elección de los cargos municipales y se introdujo la Inquisición, la misma que en Castilla.
1.4 La política exterior. Los objetivos fundamentales de la política exterior de los Reyes Católicos fueron: A) La Unificación de la Península Ibérica bajo la misma monarquía. Para ello se diseñó la conquista del Reino de Granada (1482-1492). También se consiguió la anexión del Reino de Navarra, que era un territorio en disputa entre los Reyes Católicos y Francia. El rey Fernando lo anexiónó a Castilla en 1512. No obstante, Navarra conservó sus instituciones propias.En último lugar, se produjo un acercamiento a Portugal mediante enlaces matrimoniales. B) El control del Mediterráneo Occidental: En Italia tratarán de frenar los intereses franceses sobre el reino de Nápoles. Tras una serie de campañas militares y gracias a las tropas castellanas, se integra el Reino de las Dos Sicilias (Nápoles y Sicilia) en la Corona de Aragón en 1503. También se intentó el control del Norte de África, donde se emprendíó la conquista de varias plazas, con los objetivos de evitar la piratería berberisca y detener el avance turco por el Mediterráneo Occidental. Melilla en 1497, Orán en 1509, Bugía y Argel en 1510, fueron ocupadas. C) La expansión por el Atlántico: en 1496 se termina la conquista de las Islas Canarias, que era una posición estratégica importante para el control de las rutas comerciales con África. Más tarde se convertirá en escala de las rutas hacia América. En 1492 se inicia la conquista y control de territorios en América.La exploración de las nuevas rutas atlánticas venía determinada por dos razones de tipo económico,la necesidad de un acceso más rápido a los ricos productos de Oriente, seda y especias, cuyo comercio estaba controlado por musulmanes, y la necesidad de metales preciosos, oro y plata, necesarios para pagar los ricos productos de Oriente, y que hacían que en Europa existiera una escasez relativa de estos metales. Por su parte, las noticias de la llegada de Colón a América suscitaron el temor en Portugal a que Castilla se adelantara en la llegada a la India. Sin embargo, la rivalidad castellano-portuguesa se soluciónó en 1494 mediante la firma del Tratado de Tordesillas, que establecía una línea divisoria en el Atlántico, separando las zonas de influencia de cada reino. Al final, este tratado legitimaría las aspiraciones portuguesas sobre Brasil. D) Aislar a Francia diplomáticamente: los enfrentamientos con Francia se debían fundamentalmente a la rivalidad por el control de determinados territorios: Navarra ,Rosellón y Cerdaña y los territorios en Italia. Para aislar a Francia se llegaron a acuerdos diplomáticos con Inglaterra, El Papa y El Sacro Imperio Romano Germánico.También se realizaron alianzas matrimoniales con otras monarquías europeas.
Conclusión:La importancia de los años del reinado de los Reyes Católicos(1469-1516) radica en que,con su gobierno, marcaron las líneas definitorias del periodo de la Historia de España que abarca desde el último cuarto del Siglo XV hasta 1700: crearon una monarquía autoritaria, que supuso el origen del Estado Moderno, consolidando el poder de la Corona frente a la nobleza y la Iglesia; sentaron las bases de la unificación territorial de España; descubrieron América y se lanzaron a la expansión ultramarina, forjando la creación de un vasto Imperio colonial; por último, propiciaron la uniformidad religiosa, que buscaba la paz política en el interior frente a las minorías judía y musulmana.
LOS AUSTRIAS MAYORES: POLÍTICA EXTERIOR. Introducción:Durante los siglos XVI y XVII, gobernó en España la dinastía Habsburgo o de los Austrias. En este periodo, España se convierte en la potencia hegemónica mundial. Esto fue posible gracias a la herencia que recibíó el primero de los Austrias, Carlos I, hijo de Juana de Castilla y Felipe I El Hermoso. Por línea materna, de su abuela Isabel la Católica, recibíó la Corona de Castilla, las Canarias, las plazas norteafricanas y los territorios descubiertos en América. De su abuelo Fernando el Católico recibíó la Corona de Aragón y sus posesiones italianas, Cerdeña, Sicilia y Nápoles. Por línea paterna, de su abuela María de Borgoña, recibíó Los Países Bajos, Charleroi, Luxemburgo y el Franco Condado. De su abuelo Maximiliano de Austria recibíó los estados de la Casa de Habsburgo, Austria, Estiria, Tirol y Carniola, además de los derechos al trono del Sacro Imperio Romano Germánico.
Desarrollo:
1.1 La “Monarquía Universal” de Carlos I: Carlos I heredó un conjunto heterogéneo de territorios que solamente tenían en común a su soberano. Estaban dispersos por Europa y el mundo y se intentó una política integradora mediante el mantenimiento de la unidad religiosa en el catolicismo y el desarrollo de la idea de la “Monarquía Universal” cuyo origen es medieval.
La política exterior de Carlos I estuvo marcada por los intereses de la casa de Austria. Los intereses españoles quedaron en segundo o tercer plano. Carlos I quiso poner en práctica la idea medieval de la organización política europea, basada en una Monarquía Universal y cristiana sustentada en un doble poder, el espiritual, liderado por el Papa, y el terrenal por el Emperador. Esta idea generará los principales problemas de su reinado: el enfrentamiento con Francia, con los turcos y la lucha contra el protestantismo. 1) La rivalidad con Francia: Francia era totalmente contraria a la idea de Monarquía Universal que tenía Carlos I. El rey de Francia Francisco I mantuvo rivalidades con Carlos I por disputarse los territorios del Ducado de Borgoña,Flandes y el Milanesado. No obstante, Carlos tiene la ventaja de la superioridad militar española, venciendo a los franceses en la batalla de Pavía (1525) .Más tarde, la actitud profrancesa del Papa llevó al Saqueo de Roma (1527) por parte de las tropas del emperador. A pesar de esta superioridad, los enfrentamientos con Francia duraron todo el reinado. 2) El enfrentamiento con los turcos: La expansión turca por los Balcanes amenazó Viena (Austria), los territorios originales de la Casa de Habsburgo. Los turcos también amenazaban el Mediterráneo occidental, donde apoyaban a los piratas del Norte de África, que realizaban asaltos y saqueos en las costas y barcos cristianos. Carlos I lanzó con éxito un ataque contra Túnez en 1535 pero fracasó en Argel en 1541. Logró un cierto control de los presidios en el norte de África pero no se soluciónó el problema, que continuará hasta el reinado siguiente, con grandes costes en vidas y recursos. 3) Expansión del Protestantismo: Martín Lutero, monje alemán, predicó la reforma protestante en el Sacro Imperio. Carlos I vio amenazadas las bases de su autoridad imperial. Algunos príncipes alemanes se sumaron al protestantismo para poder librarse del control y de la autoridad del emperador. El protestantismo se extendíó por Alemania y Países Bajos, norte de Europa. La Inglaterra de Enrique VIII también se separó de la obediencia de Roma. El emperador se empeñó en la lucha contra el protestantismo como un objetivo fundamental. Como defensor de la Iglesia debía combatir al protestantismo por todos los medios, preservar la unidad religiosa y la estrecha alianza entre el Papado y el Imperio. Carlos derrotó a la coalición de príncipes alemanes protestantes de la Liga de Esmalcalda en la batalla de Mühlberg (1547). Pero no se soluciónó el problema. En la Paz de Augsburgo (1555) se acordó la “libertad” religiosa para los príncipes bajo el principio de “Cuius regio, eius religio”. El fracaso en Alemania llevó a Carlos I a renunciar al poder en 1556. Dividíó su Imperio entre su hermano Fernando, que recibíó el título imperial y los estados patrimoniales de la Casa de Austria. Su hijo, Felipe II, recibíó el resto, las coronas de Castilla y Aragón, los territorios del Ducado de Borgoña,los Países Bajos, el Franco Condado, Luxemburgo, Charoláis, los territorios Italianos y las Indias españolas. Carlos I se retiró al Monasterio de Yuste en Extremadura para pasar sus últimos días, donde murió en 1558.
1.2 La “Monarquía Hispánica” de Felipe II:
Felipe II comenzó a reinar en 1556 y amplió enormemente el Imperio heredado de su padre. Los grandes objetivos de su política fueron la defensa del catolicismo y mantener la hegemonía de su dinastía en Europa y las colonias. Los instrumentos que utilizó para desarrollar esta política fueron :un enorme ejército permanente,una compleja administración y el control directo del monarca de todos los asuntos de gobierno. Por otra parte, cambió el centro de intereses de la monarquía. Felipe II dará máxima importancia a los reinos hispánicos, aunque siempre prevalecieron los intereses dinásticos sobre los intereses españoles. Gobernó desde España, instalando la capital permanente en Madrid en 1561 sintiéndose siempre un rey español que se rodéó de colaboradores españoles. Castilla siguió siendo el reino de más peso económico y político dentro del conjunto de la Monarquía. En cuanto a su política exterior heredó problemas de su padre y tuvo que enfrentarse a unos nuevos: 1) Francia. Bajó Felipe II la enemistad con Francia continuó y se incrementó aún más pero tras victoria española en la batalla de San Quintín, cerca de París, en 1557 y la Paz de Cateau-Cambrésis en 1559 se puso fin a este enfrentamiento. Pero la lucha continuó durante todo el reinado , mientras en Francia se producían las llamadas guerras de religión, en las que Felipe II apoyó a los católicos frente a los protestantes calvinistas, llamados allí hugonotes. 2) Los enfrentamientos con el Imperio Otomano (1570 – 1571). Felipe II tiene que volver a frenar el avance turco otomano por el Mediterráneo al apoderarse de Chipre y Túnez. En 1570, ante estos hechos se formó la “Liga Santa”, una alianza entre España, el Papa y Venecia. Se organizó una gran flota al mando de Don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V, que derrotó a los turcos en la batalla naval de Lepanto (1571). Los resultados de esta victoria fueron el freno al avance turco por el Mediterráneo y el fin del mito de la invencibilidad de los turcos. Sin embargo,la victoria fue escasa y no se logró eliminar del todo la amenaza turca en Europa. 3) La uníón con Portugal. Felipe II tenía opción a heredar el trono de Portugal al ser nieto de Manuel I El trono de Portugal quedó vacante en 1580 al desaparecer el rey Don Sebastián en una campaña militar en Marruecos. Felipe II reivindicó su derecho al trono y consiguió el apoyo de un sector importante de las clases dirigentes portuguesas, que vieron en el poderío militar de Felipe II una forma de proteger su comercio colonial. Con esta uníón se creó el mayor Imperio territorial y marítimo conocido hasta entonces. 4) La rebelión de los Países Bajos, empezó como asunto interno, pero derivó en un conflicto internacional. Felipe II quiso aumentar su poder en los Países Bajos pero se le opónían las oligarquías locales. El problema aumentó por el calvinismo, variante del protestantismo muy radical extendida por el norte de los Países Bajos. Felipe II quiso introducir la inquisición para contener la extensión del calvinismo y perseguir a los herejes, lo que provocó el estallido de un levantamiento armado en 1566 que será conocido como “La Guerra de los Ochenta Años”. Felipe II envió al ejército y a sus mejores generales, como el Duque de Alba, que llevó a cabo una fuerte represión y ajusticiamiento de los líderes sublevados. Esto provocó un levantamiento general contra Felipe II, que recurríó a Alejandro Farnesio para solucionar el problema a través de victorias militares españolas, represión y negociación. En la década de 1580 parecía que se acababa el problema, pero no se pudo impedir la independencia de facto de las Provincias Unidas (Holanda y Zelanda), que no sería reconocida hasta 1648. 5) El conflicto con Inglaterra. Inglaterra había sido un aliado tradicional de España contra Francia. Felipe II fue rey consorte inglés por matrimonio con María Tudor en 1554. A la muerte de María sin descendencia le sucede su hermanastra Isabel I, hostil a la monarquía hispánica y decidida partidaria de la reforma protestante. Inglaterra estaba empezando su expansión colonial por el Atlántico y no admitía el monopolio español en América. El enfrentamiento era inevitable y comenzó con una campaña de buques corsarios que atacaban el comercio español en América. El crecimiento de la piratería inglesa entre 1560 y 1585 sin que exista declaración de guerra fue a más. Pero los que rompíó definitivamente las hostilidades fue el apoyo inglés a la rebelión de los Países Bajos contra Felipe II. El objetivo de Isabel I era oponerse al catolicismo y desgastar económica y militarmente a la monarquía hispánica. Felipe II decidíó enfrentarse a Inglaterra y para ello preparó la Gran Armada en 1588 (Armada Invencible). La empresa acabó en un fracaso rotundo que acrecentó el poder naval inglés y no pudo solucionar el problema de los Países Bajos.
Conclusión:
La época del Imperio español atravesó una etapa de auge y esplendor en el Siglo XVI. Los siglos de los Austrias fueron los de máximo poderío , florecimiento de la cultura, de expansión por el mundo y de identificación del poder político y cultural con la defensa de los valores del catolicismo. Pero el Imperio fue acumulando graves problemas internos y externos que llevaron a la desaparición de su hegemonía en Europa, consumada al morir el último monarca de la Casa de Austria, Carlos II, en 1700.
EL REFORMISMO BORBÓNICO Introducción:El Siglo XVIII comenzó con un cambio dinástico que entroniza a los Borbones y provocó un conflicto nacional e internacional. La llegada de esta dinastía al trono español significó la implantación del absolutismo. Los reinados de Felipe V y Fernando VI se caracterizaron por la aplicación de medidas que trataban, esencialmente, de introducir elementos de reorganización, racionalización y centralización en el Estado heredado de los Austrias. Con la llegada de Carlos III, los ilustrados encontraron en el monarca a un convencido defensor de la necesidad de reformas, eso sí, sin poner nunca en duda el poder y autoridad del rey. La experiencia de dicha colaboración dió lugar a lo que conocemos como reformismo borbónico.
Desarrollo:
1. La llegada de la nueva dinastía, la Guerra de Sucesión. En 1700 el último monarca de la casa de Austria, Carlos II, murió sin descendencia directa. Los candidatos a ocupar el trono eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, y el archiduque Carlos de Habsburgo, hijo del emperador de Austria. El testamento del rey Carlos II designaba como sucesor al candidato Borbón, que fue proclamado rey en 1701 bajo el título de Felipe V. El nombramiento del nuevo monarca provocó un conflicto grave para el equilibrio entre las diferentes potencias europeas. Su acceso al trono español fortalecía el poder de los Borbones en Europa y, rápidamente, Gran Bretaña, Holanda, Portugal, Saboyá y Prusia declaran su apoyo al candidato austriaco y entraron en guerra con Francia y España. De esta manera, la sucesión al trono español pasó de ser un conflicto interno a un grave problema de política internacional. La renuncia a los derechos al trono francés de Felipe V facilitaron el fin del conflicto que dejó como consecuencia para España la pérdida de todas sus posesiones europeas, repartidas entre Austria y Saboyá, más Gibraltar y Menorca que pasaron a manos de Reino Unido. En España el conflicto sucesorio se convirtió en una Guerra Civil que enfrentó a grupos sociales y a territorios sin que estuvieran muy claras las adscripciones.Además, pronto derivó también en un enfrentamiento entre dos concepciones del Estado: la centralista borbónica y la foralista austracista. En líneas generales, Castilla optó por mantenerse fiel a Felipe V mientras que, en la Corona de Aragón, el apoyo fue mayoritariamente para el archiduque Carlos. El conflicto en España se desarrolló casi siempre de manera favorable a Felipe V hasta su victoria final en 1715 tras la toma de Mallorca. Las consecuencias fueron trascendentales ya que supuso un cambio drástico en la configuración política y administrativa de España.
2. Absolutismo, centralización y uniformidad
La monarquía absoluta era un modelo de gobierno por el que el rey concentraba en su persona todos los poderes del Estado, el legislativo, el judicial y el ejecutivo. No existía institución ni legalidad que pudieran coartar sus deseos ,aunque esto era la teoría, porque, en la práctica, el rey siempre tuvo limitaciones. Además su poder tenía un origen divino y estaba legitimado por la Iglesia. Este modelo de monarquía surgíó en el Siglo XVII y encontró su mejor plasmación en la Francia de Luis XIV. La llegada al trono español de su nieto Felipe V, educado bajo las premisas del absolutismo, impulsó el cambio de modelo de monarquía cambiándose la estructura del gobierno. El sistema polisinodial de los Austrias fue relegado y sustituido por un sistema de secretarías. A la cabeza estaba un consejo o Secretaría de Despacho, al frente del cual estuvo un secretario nombrado por el rey. En 1714 la Secretaría de Despacho se dividíó en cuatro secretarías: Guerra, Marina e Indias, Justicia y Estado. Posteriormente se añadiría la de Hacienda. Estas secretarias fueron los antecedentes de los actuales ministerios. Otro paso importante en el afán por uniformizar el territorio fue la aplicación de los decretos de Nueva Planta en 1707 en Valencia y Aragón, en 1715 en Mallorca y en 1716 en Cataluña. Estos decretos suprimieron los fueros y las instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón, que pasaron a ser gobernados por las leyes castellanas, más proclives al gobierno real. De esta manera, todo el territorio de la monarquía española pasaba a tener un sistema de gobierno uniforme con la sola excepción de Navarra y las provincias vascas que, por su apoyo a Felipe V,pudieron conservar sus fueros. Con la Nueva Planta se integraron los consejos territoriales en el de Castilla, que pasó a ser el centro del gobierno interior de España. La centralización se reflejó también en la administración y la organización de los territorios. Los decretos de Nueva Planta habían convertido a los reinos de la Corona de Aragón en provincias gobernadas por un capitán general. Este sistema provincial se generalizó en toda España y la administración de los territorios quedó en manos de nuevos cargos: Los intendentes, cuyas funciones eran administrativas, judiciales y hacendisticas. Supervisan a los poderes locales y eran nombrados por el monarca o por el secretario de Estado; Los capitanes generales sustituyen a los virreyes, que fueron suprimidos salvo en América.
Tenían la jefatura militar de su provincia y desarrollan funciones administrativas y judiciales. Junto a los intendentes eran los ejes del nuevo absolutismo en las provincias; En la administración municipal se extendíó a toda España la figura del corregidor, nombrado por el monarca. Otra de las facetas de la política absolutista fue el control de la iglesia.
Esta práctica, llamada regalismo, consistía en que los monarcas intervienen en algunos aspectos de la Iglesia. No se trataba de un cuestionamiento de la religión ni del poder del papado sobre los asuntos teológicos, solamente pretendía asegurar el control político y económico de la Iglesia. Los objetivos de Felipe V respecto a la política religiosa fueron dos: el reconocimiento del derecho a designar los cargos eclesiásticos en España y recaudar las rentas de aquellas sedes obispales vacantes, así como la sumas que cobraban todos los tribunales eclesiásticos. Los Borbones comprendieron la necesidad de disponer de un ejército y una marina eficientes. Su existencia era un reflejo del poder del Estado y uno de los más importantes brazos ejecutores de su política absolutista. Eran también el principal instrumento de la proyección exterior de la monarquía y de la salvaguardia del Imperio ultramarino. Las necesidades de la Guerra de Sucesión impulsaron las primeras medidas: nuevos sistemas de reclutamiento mediante levas entre la población masculina, exceptuando la nobleza que suministraba la oficialidad;cambios en la organización militar, el tercio fue sustituido por el regimiento como unidad básica;creación de un ejército permanente y profesionalizado que dependía de los presupuestos del gobierno central. Para poder ser una potencia marítima se fomenta la construcción de nuevos astilleros y arsenales en El Ferrol ,Cádiz y Cartagena, con lo que el número y la calidad de los buques incrementaron.
3. Despotismo ilustrado y reformismo
El despotismo ilustrado concilió el absolutismo monárquico con el espíritu reformista de la Ilustración. En España fue Carlos III (1759-1788) su mejor representante al asumir varias premisas de la Ilustración: La preocupación por mejorar la economía del país y el bienestar de sus súbditos como medio para engrandecer el reino; la conveniencia de mejorar la organización y la racionalización del Estado tendiendo a la centralización administrativa y a la profesionalización de los funcionarios, militares y resto de cargos; la aceptación del rey como” hombre ideal “ ilustrado: racionalista, intelectual, amante de las artes y las ciencias y reformista en política. Carlos de Borbón era rey de las Dos Sicilias. En 1759 renunció a ese trono y asumíó el de España como Carlos III. Al principio se apoyó en ministros italianos como Grimaldi y Esquilache, venidos con él desde Nápoles. Estos ministros reformistas se enfrentaron a los privilegiados con sus políticas: libertad comercial para los cereales, desamortización de los bienes de la Iglesia,etc. Por ello despertaron una fuerte oposición que estalló en el motín de Esquilache de 1766. En el motín contra el ministro italiano se juntaron varias causas: el malestar popular, la oposición a los privilegiados,el odio al extranjero. El resultado final fue el cese de Esquilache y una moderación en las reformas. Desde entonces cambiaron los protagonistas del reformismo, que pasarían a ser españoles. Destacaron Campomanes, el conde de Aranda y Floridablanca, que se apoyaron en un grupo de brillantes ilustrados como Cabarrús, Olavide y Jovellanos. Las reformas promovidas por estos ministros y respaldadas por el rey abarcaron todas la áreas. Las reformas religiosas pretendían, por parte de los ilustrados, disminuir el enorme poder de la Iglesia. Carlos III acentuó el regalismo mediante la expulsión de los jesuitas en 1767, la supresión de tradiciones religiosas populares y limitando el poder de la Inquisición. Las reformas económicas fueron diversas, como la creación de la Lotería Nacional en 1763 y el banco de San Carlos en 1782 para aumentar la recaudación. Se aplicaron medidas liberales para potenciar la producción: libre circulación de cereales y vinos(1766),o la liberalización comercial con América(1778).Se promovíó el desarrollo agrícola con la reducción de los privilegios de la Mesta, la colonización de tierras despobladas o la desamortización de bienes comunales. Las reformas militares establecieron el servicio militar obligatorio con el sistema de quintas, reorganizaron la estructura y ordenanzas del ejército(1768) y se crearon diferentes armas como la de infantería o la de artillería. En cuanto a las reformas sociales se intentó dignificar el trabajo industrial o comercial, se apoyó el desarrollo educativo y científico y se crearon las llamadas Sociedades Económicas de Amigos del País. Las reformas institucionales se limitaron al poder municipal, donde se introdujeron cargos elegidos por la población,los síndicos y diputados del común. Con ello, Carlos III pretendía controlar a las oligarquías urbanas.
Conclusión:
El Siglo XVIII ofrece la singularidad de constituir la bisagra, la zona de transición entre el Antiguo Régimen y el inicio de las nuevas ideas ilustradas. Éstas fueron el precedente de la revoluciones que, al finales de siglo y a lo largo del siguiente, sustituyeron el viejo orden heredado de la Edad Media por una nueva organización social, económica y política conocida como liberalismo burgués, que dio paso a la Edad Contemporánea. Es este, por tanto, un siglo en el que conviven lo viejo y lo nuevo, iniciándose una serie de reformas que pretendían mejorar la anquilosada sociedad tradicional. El despotismo ilustrado posibilitó el acceso al poder de una brillante generación de pensadores que diagnosticaron los problemas de la sociedad española y actuaron para resolverlos. Pero chocaron con las barreras que supónían los privilegios, la sociedad estamental y la monarquía absoluta.