VILLA CAPRA O ROTONDA- PALLADIO
1. Datos generales de la obra
Fue edificada primariamente entre 1567-1570 por Andrea Palladio, y posteriormente acabada por Vicenzo Scamozzi después de la muerte del primero. Se trata de una casa residencial encargada por el canónigo Paolo Almerico, y posteriormente en el s. XX fue adquirida y restaurada por la familia Valmarana de Venecia.
AUTOR: Andrea Palladio (Pádova 1508 – Vicenza 1580) se trasladó de joven a Vicenza donde trabajó durante un tiempo con el humanista Trissino en la Villa Cricoli. Posteriormente se trasladó a Roma donde estudió a fondo los monumentos clásicos y la arquitectura romana. De vuelta a Vicenza empezó a construir varios palacios (Chiericati, Thiene, etc.) y villas, entre las cuales la Villa Capra. También construyó iglesias como la de San Giorgio Maggiore (1565 – 80), y el tratado “IL redentore dell’Architectura” (1570), de una gran repercusión. Toda su obra fue impregnada de un estilo personal en la interpretación de elementos clásicos, lo cual le dio una enorme complejidad, además de un gran efecto de monumentalidad y de formas considerables, proporcionadas y bellas.
Fue construida en los años 1551-53, se encuentra en la ciudad de Vicenza y su estilo se encuadra en el siglo XVI en el manierismo. Los materiales utilizados fueron la piedra, el ladrillo estucado y el mármol.
EXTERIOR
Utilizó elementos del templo romano para diseñar cuatro fachadas idénticas orientadas a los cuatro puntos cardinales, uno de esos elementos es el elevado basamento, que posee escalinatas pronunciadas que dan acceso a las cuatro entradas del edificio. Otro elemento clásico son los pórticos, en este caso hexástilos y de orden jónico, con sus entablamentos y frontones. Las estatuas son utilizadas como acabados que dan sensibilidad contemporánea a los elementos religiosos usados para ensalzar la vida en el campo.
PLANTA E INTERIOR
Tiene planta centralizada, organizada a partir de una gran sala circular central –de ahí el nombre de rotonda-cubierta por una cúpula, esta habitación resulta oscura ya que su única luz proviene del pequeño óculo del centro de la cúpula y de la luz de los cuatro corredores que convergen en ella, rodeada de habitaciones rectangulares que conforman un cuadrado. Destaca su concepción simétrica por lo que los cuatro pórticos salientes le confieren el aspecto de cruz griega.
CONTENIDO
Debe su nombre a su propietario el poderoso clérigo Marius Capra Gabrielis, aunque construida entre 1551-53 no fue concluida hasta finales de siglo, se cambió la cúpula semiesférica, alterando así el proyecto de Palladio, la concepción de la villa es fruto de un afán geometrizador, basado en proporciones matemáticas. Toma del Renacimiento el cuadrado y el círculo integrados en un espacio de perfecta simetría. Del mundo clásico recuperó el templo romano y sus elementos, su manierismo se manifiesta en la combinación de elementos del lenguaje clásico para adaptarlo a las exigencias del emplazamiento o a sus necesidades funcionales, de su propia personalidad se desprende la íntima relación del edificio con el paisaje que lo rodea, esta es la razón del basamento elevado, permitir la contemplación del paisaje desde la planta noble.
2. Descripción del edificio
La estructura tiene una forma cuadrada con cuatro lados iguales, aunque con otra interior circular. Cada lado consta de 4 escaleras, con seis columnas jónicas sustentantes inspiradas en el modelo romano, que conducen a las dependencias interiores (concretamente en los dormitorios, en las zonas angulares) y a la sala central del piano cubierta con una cúpula, en relación a la forma redonda apreciable desde dentro. De la Villa Capra es importante destacar la presencia de logias. Estas se entienden como pórticos que figuran como entrada en cada uno de los lados, y que acaban de dar a la estructura cuadrada exterior una forma de cruz griega. Dichas logias proporcionan una vista preciosa del campo desde las cuatro fachadas. En el podio de los muros de las escaleras aparecen esculturas de Lorenzo Rubini que representan varias deidades clásicas. En el sótano se encuentran las cocinas y la administración. Como datos complementarios, los estucos de la cúpula y los techos son obra de Augusto Rubino, Ruggiero Bascape y Domenico Fontana, y los frescos de la cúpula son hechos por Alessandro Maganza.
3. Análisis estilístico y significativo
La obra se sitúa en la época del cinquecento italiano, cuando el poder eclesiástico decide tomar el control de las artes, con el cambio de capitalidad de esta disciplina de Florencia a Roma, lugar de concentración de la máxima autoridad religiosa terrenal, como hecho más significativo. En el caso de la Villa Capra, precisamente encargada por un clérigo, se representan varias alegorías en relación entre si sobre la vida religiosa. En la cúpula, primeramente, vemos representada la Religión, la Benignidad, la Moderación y la Castidad, todo esto representado al lado del Pantocrátor, el cual ocupa en centro de la representación. Por otra parte, la que podríamos considerar como la habitación del oeste es llamada “Habitación de la Religión”, precisamente por el tipo de representación de los frescos pintados en el techo, mientras que en la del oeste se representa la alegoría de Paolo Almerico sobre el arrepentimiento, coronada por la máxima celebridad y rodeada de la Fidelidad, Afabilidad, Persuasión y hasta de Europa, símbolo de la razón respecto a Dios y hacia éste. La casa en si es una residencia suburbana que servía como punto de encuentro para la aristocracia de la zona vicenciana y para la celebración de actividades ocioso – literarias correspondientes a dicha clase.
Normalmente este tipo de construcciones solían tener una función no tan solo residencial sino agrícola. A pesar de eso, la Rotonda carecía de esta última función, aunque con la adquisición de esta a manos de la familia Capra se encargó a Vicenzo Scamozzi el plan de inclusión inmendiata de nuevas dependencias para facilitar esa necesidad. La ubicación, situada en una colina sensiblemente elevada al plano y a las afueras de un núcleo urbano como Vicenza responde probablemente a la distinción social de su encargador, con el fin de poder evitar los ajetreos y el movimiento típico de una ciudad, además de una distinción religiosa y de mayor proximidad a Dios.