La G. 27 es el grupo poético más relevante de España en el S. XX. Se agrupó para homenajear a Luis de Góngora en el tricentenario de su muerte. En esta generación estuvo muy presente el espíritu de innovación, adoptando nuevas formas vanguardistas que supusieron la desaparición de las medidas, pausas y acentos fijos de los versos. También el empleo de formas métricas innovadoras, la adopción de metáforas y un giro temático hacia el mundo moderno. Aunque usaban también las formas más tradicionales de nuestra literatura y los motivos temáticos más populares.
La principal temática de esta generación son el amor, concebido como la plenitud del ser humano. La muerte, que produce sentimiento de frustración. El compromiso social, denunciando la injusticia. La modernidad, ya que quieren dar a sus poemas un aire urbano. El paisaje y las inquietudes personales como deseos inalcanzables. La importancia de este grupo viene determinada por la calidad de los poetas que la integran, así como la evolución de sus integrantes.
Pedro Salinas trata de descubrir la esencia de los sentimientos en una trayectoria poética dividida en tres etapas. En primer lugar la etapa vanguardista, donde dialoga con las cosas para encontrar su esencia fusionando tradición y vanguardia. En segundo lugar la etapa amorosa, por el sentimiento que da plenitud a su existencia destacando “la voz a ti debida” y “razón de amor”. Por último la etapa del exilio, donde abandona el aislamiento amoroso y escribe poesías de protesta comprometidas con temas sociales y políticos, donde destaca “todo más claro”.
Federico García Lorca, con una obra poética que gira en torno al destino trágico del ser humano, distingue dos periodos. El primero con una gran influencia de la poesía popular y tradicional, con rasgos modernistas y simbolistas. Destaca “Romancero gitano”, que ahonda en el sentimiento popular y el mundo gitano. Su segunda etapa abarca una poesía más complicada, influida por el Surrealismo. Destaca “Poeta en Nueva York” donde muestra una visión negativa del mundo mecanizado y de la ciudad, y en “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” dónde se reflexiona sobre la muerte.
Rafael Alberti se sustenta en la irreprimible nostalgia de aquello que ha perdido con los años. Su evolución se divide en cinco etapas. La primera, la poesía neopopular y neotradicional con temas de la tradición española, recreados con sencillez e ingenuidad. Destacando “Marinero en tierra”. En segundo lugar la poesía culta, con una clara influencia del culteranismo Barroco, destacando “cal y canto”.
Con la atracción por el Surrealismo se da la poesía vanguardista con obras como “sobre Los Ángeles”. A continuación se da la poesía comprometida, tratando asuntos político-sociales como “el poeta en la calle”. Por último la poesía del exilio, donde trata la añoranza de la patria perdida y el rechazo del fascismo, destacando “entre el clavel y la espada”.
Durante su trayectoria, Luis Cernuda plasma que la imposibilidad de materializar sus anhelos le sume en el aislamiento. En un principio se decanta por el Surrealismo, pues halla en esta corriente la manera de expresar su mundo interior. La preocupación por la patria aparece en obras como “las nubes” adoptando un tono objetivo y mediativo en su etapa poesía del exilio. Por último, con “desolación de la quimera” vuelve a la exploración del mundo con un tono amargo.
Miguel Hernández por su edad pertenece a la generación de posguerra pero muchos críticos lo consideran de la G. 27 por sus semejanzas con este grupo poético. En su lírica predominan los sentimientos y preocupaciones más humanas. Sus 3 temas principales son la vida, la muerte y el amor.
En sus primeras composiciones usa formas clásicas y cultismos además de abundantes metáforas, destacando “perito en Luna”. A continuación, en su etapa de plenitud poética la poesía amorosa y la mayor parte de sus poemas son sonetos como “el rayo que no cesa” y “elegía a Ramón Sijé”. Su poesía avanza con un compromiso con la guerra en su etapa de poesía social y donde sus obras más destacadas son “viento del pueblo” y “el hombre acecha”. En sus últimos años escribe la mayor parte de “Cancionero y romancero de ausencias” con composiciones breves y temáticas de amor, dolor y desesperanza por la ausencia de su esposa e hijos.
Jorge Guillén deseaba construir una obra cíclica que diera respuesta a la vida de todos los hombres. En 1968 reuníó toda su producción en un solo título “aire nuestro”, compuesto por 3 libros, “cántico” que expresa entusiasmo ante el mundo. “clamor” como grito de protesta y “homenaje” dedicado a destacadas personalidades.
Para Vicente Aleixandre la poesía es comunicación y su evolución consta de 3 etapas. Primero se comunica con la naturaleza en su etapa surrealista, destacando “espadas como labios” o “la destrucción o el amor”. Después con los hombres, en su etapa humana destacando “historia del corazón” o “en un vasto dominio” y finalmente trata de sí mismo en su etapa de meditación, destacando “diálogos del conocimiento”.
Gerardo Diego destaca por su maestría sintetizando composiciones de carácter tradicional y popular con otras de carácter vanguardista. Su obra se clasifica en dos partes, la poesía popular y tradicional donde destaca “el romancero de la novia” y “versos humanos”. Por otro lado tenemos la poesía vanguardista, destacando “imagen”.