Sillería del coro de la catedral de Toledo

2. Escultura

En la primera etapa de la escultura renacentista española podemos distinguir tres grupos de obras: las
realizadas por artistas italianos que vienen a España, las importadas desde Italia, especialmente de los talleres
genoveses, y las de la primera generación de artistas nacionales.


  • En el 1er. Grupo está la obra de DOMENICO FANCELLI (1469-1519), siendo sus obras maestras el
    sepulcro de don Diego Hurtado de Mendoza (Catedral de Sevilla) y el del príncipe Don Juan (Santo Tomás de
    Avila), con el que inicia el tipo de sepulcro exento con paredes en talud, que repite en el sepulcro de los Reyes
    Católicos
    en la Capilla Real de Granada.
    Otros artistas italianos que trabajan en España son PIETRO TORRIGIANO (San Jerónimo, Museo de
    Sevilla) y JACOBO FLORENTINO EL ÍNDACO (Santo Entierro)
    . También hay que destacar en esta etapa el
    sepulcro del Cardenal Mendoza (Toledo) de autor desconocido y una de las obras principales del Renacimiento
    español.

  • En el segundo grupo de obras pueden destacarse las siguientes: el San Juan de Miguel Ángel (Úbeda), los
    relieves del taller de los Robbia en la Catedral de Sevilla, el sepulcro del Obispo de Avila don Francisco Ruiz
    (Toledo) y el sepulcro de don Ramón de Cardona (Lérida).


Finalmente, entre los primeros autores españoles deben señalarse a Vasco de la Zarza, Felipe Vigarny,
Bartolomé Ordóñez y Diego de Siloé.

VASCO DE LA ZARZA (m. 1524) es un gran decorador que sigue los modelos cuatrocentistas.
Sus obras maestras son el sepulcro de don Alonso Carrillo (C. De Toledo) y la decoración del trascoro de
la catedral de Avila
, con el sepulcro de don Alonso Madrigal.

Felipe BIGARNY que en sus primeras obras presenta carácterísticas
tanto goticistas como de las formas renacentistas, que poco a poco se van imponiendo en sus obras. De su
primera época son los relieves del trascoro de la Catedral de Burgos y su participación en el retablo
mayor de la catedral de Toledo
. En el retablo de la Capilla Real de Granada se aprecian más los
elementos renacentistas, que se acentúan en el retablo de la capilla del Condestable (C. De Burgos) en
colaboración con Diego de Siloé, para pasar a las formas puramente renacentistas en el lado del Evangelio
de la sillería alta del coro de la catedral de Toledo
.

BARTOLOMÉ ORDÓÑEZ (m. 1520) es un artista con marcada influencia de Miguel Ángel,
como se puede apreciar en la sillería del coro de la catedral de Barcelona o en los relieves del trascoro,
en mármol. Por encargo de Carlos I realiza el sepulcro de Don Felipe y Doña Juana, en la Capilla Real de
Granada.

DIEGO DE SILOÉ, que junto con B. Ordóñez forma la pareja de autores más destacados de este
primer período de la escultura renacentista española, trabaja en colaboración con Felipe Vigarny en el
retablo de la capilla del Condestable (C. De Burgos). En 1528 se encarga de la construcción de la catedral
de Granada, donde destaca entre sus decoraciones la Virgen de la sillería del coro de San Jerónimo.
Una
de sus obras más representativas es el sepulcro de don Alonso Fonseca (Santa Úrsula, Salamanca)

  • A partir del primer tercio del Siglo XVI y sobre la base de las formas italianas, se inicia un nuevo período
    artístico con un carácter puramente nacional. Encontramos diversas regiones artísticas donde trabajan los grandes
    maestros de la escultura renacentista española, siendo las principales la de Castilla y la de Aragón:

-En Castilla destacan dos autores, Alonso Berruguete y Juan de Juñí. ALONSO
BERRUGUETE
(h. 1490-1561), hijo del pintor Pedro Berruguete, estudia en Italia donde recibe la
influencia de Miguel Ángel. Fue pintor de Carlos I en Granada, establecíéndose más tarde en Valladolid.
Su carácterística principal es el movimiento y la expresión dramática.

Sus obras presentan gran cantidad de errores técnicos y defectos en los estudios anatómicos,
disimulando los primeros con yeso y pintura. Aún así, este autor está considerado como representativo del
Renacimiento español, que marca la tendencia hacia el barroquismo, en la que el movimiento prima sobre
la masa produciendo figuras en actitudes inverosímiles.Obras iniciales son el retablo de la Mejorada, en Olmedo, y el San Benito, ambas en el Museo de Valladolid, en las que se presentan ya sus principales carácterísticas. Siguiendo esta tendencia realiza el retablo de la Adoración de los Reyes (I. De Santiago de Valladolid) y la Santa Úrsula de Toledo. Culmina su evolución con los relieves de la sillería alta del coro de la C. De Toledo y en el relieve de la Transfiguración, sobre la silla arzobispal. Su última obra es el sepulcro del cardenal Tavera (Toledo).

Juan DE Juñí (h. 1507-1577), francés, presenta un estilo opuesto a Berruguete, con un gran
estudio de las composiciones y un suave modelado de las figuras, recreándose en los pliegues de los
vestidos. Sus composiciones tienden al dramatismo pero sin alejarse de las representaciones naturales.
Sus obras principales son: el retablo de la Concepción, en Medina de Rioseco; el Santo Entierro
(Museo de Valladolid), que destaca por su dramatismo, y cuya composición repite y mejora en el de la
Catedral de Segovia; y el retablo de la Iglesia de la Antigua (C. De Valladolid), donde crea el tipo de
retablo más carácterístico del Renacimiento castellano.

-En ARAGÓN destaca DAMIÁN FORMENT (h. 1480-1540), cuya obras presentan una clara
composición gótica que va perdiendo a lo largo de su vida. De sus trabajos iniciales hay que señalar el
retablo mayor de Gandía, el retablo del Pilar de Zaragoza y el de la catedral de Huesca.
Tras la
ejecución del clásico y frío retablo de Poblet, realiza su última gran obra, abandonando ya la estructura
gótica, el retablo de Santo Domingo de la Calzada.

Es de destacar, también, el francés GABRIEL JOLY (m. 1538) cuyas obras más representativas
son el retablo de San Agustín, de la Seo de Zaragoza, y el retablo mayor de la catedral de Teruel.

Por último, durante el reinado de Felipe II, se produce una tendencia clasicista, marcada por la obra
escurialense, a lo largo del último tercio del siglo, en el que se da un arte frío y marcadamente clásico, representado por la obra de POMPEYO LEONI autor del sepulcro de Doña Juana (Descalzas Reales de Madrid) y
de los sepulcros reales en la capilla mayor de El Escorial. También es representativo de este período Juan
BAUTISTA MONEGRO
, que trabaja en El Escorial, donde realiza el San Lorenzo y la estatuas de los reyes de
Judá
, así como la de los Cuatro Evangelistas, en el patio del mismo nombre.