LA LUCHA POR LA UNIFICACIÓN Garibaldi intervino activamente en las complicadas luchas militares y políticas que se produjeron en los años siguientes. Encabezó una victoriosa expedición contra las fuerzas austriacas de los Alpes en 1859; aprovechó el descontento de Sicilia contra la dinastía Borbónica y dirigíó desde Génova la ‘expedición de los mil’ o de los ‘Camisas rojas’, nombre por el que se conocía a sus hombres. El líder italiano conquistó Sicilia entre Mayo y Agosto de 1860 y establecíó allí un gobierno provisional insular. A continuación, se trasladó a la península italiana; tomó Nápoles tras derrotar a sus habitantes en una batalla decisiva que tuvo lugar en la ribera del río Volturno el 26 de Octubre de 1860, y capturó la fortaleza de Gaeta, que en Febrero de 1861 cayó.El reino de Italia se fundó pocos meses después y Víctor Manuel fue proclamado rey. Ni Roma, una posesión del papa guarnecida por tropas francesas, ni los territorios del norte de la península, que se hallaban en poder de los austriacos, pertenecían al nuevo estado. Garibaldi no aceptó honores ni cargos en el nuevo régimen y se retiró a su residencia de la isla de Caprera. No obstante, en los años siguientes organizó la Sociedad para la Emancipación de Italia y visitó Sicilia, donde reclutó un pequeño ejército de voluntarios con el fin de conquistar Roma e incorporarla al estado unificado de Italia. Tuvo que hacer frente a la oposición de Víctor Manuel, contra quien luchó en la batalla de Aspromonte el 29 de Agosto de 1862. Garibaldi fue herido y capturado en esta contienda, pero no tardó en recibir el perdón y ser puesto en libertad.El líder revolucionario italiano volvíó a formar un regimiento de voluntarios en 1866 para anexionar los Estados Pontificios al reino de Italia, a pesar de la oposición del gobierno. Después de las primeras victorias iniciales, fue derrotado por las fuerzas conjuntas del Papa y los franceses en la batalla de Mentana el 3 de Noviembre de 1867 y se le retuvo como prisionero durante un tiempo. Dos años después, Garibaldi se retiró a su casa de campo de Caprera. Ofrecíó sus servicios al gobierno francés en 1870 y luchó contra sus dos hijos en la Guerra Franco-prusiana. Italia se anexiónó Roma en Octubre de 1870 y Garibaldi fue elegido miembro del Parlamento italiano en 1874. Durante los últimos años de su vida, simpatizó con el movimiento socialista que comenzaba a introducirse en Italia y otros países. Fallecíó en Caprera el 2 de Junio de 1882. En 1887 se publicó su autobiografía.BISMARCK
En 1861, el Parlamento había concedido al gobierno fondos adicionales para realizar estas reformas, pero en 1862 se negó a entregarlos si no se llevaba a cabo una reducción de tres a dos años en el servicio militar obligatorio. El rey Guillermo I no cedía por temor a que los reclutas no estuvieran suficientemente imbuidos de los valores conservadores, y precisamente por esta razón el Parlamento, con mayoría liberal, insistía en obtener esta concesión.A fin de salir de este estancamiento, Bismarck fue nombrado primer ministro. Procedíó a recaudar impuestos adicionales de acuerdo con el presupuesto de 1861, alegando que, puesto que en la Constitución no se dispónía nada en el caso de una paralización de las negociaciones, se veía obligado a aplicar el presupuesto del año anterior. Para justificar la ampliación del Ejército, y refiriéndose a la unificación de Alemania, advirtió lo siguiente: “las grandes cuestiones del momento no se solucionarán con discursos ni con decisiones adoptadas por mayoría, sino con sangre y acero”.La opinión pública comenzó a inclinarse a su favor en 1864, cuando Bismarck utilizó al reorganizado Ejército prusiano, en alianza con Austria, para arrebatar las provincias de Schleswig y Holstein a Dinamarca. Dos años después, convirtió la disputa por estas conquistas entre Austria y Prusia en una guerra contra Austria y los restantes estados alemanes, la denominada Guerra Austro-prusiana o guerra de las Siete Semanas. Tras una campaña fulminante, Bismarck anexiónó Schleswig-Holstein, Hannover y algunos territorios más a Prusia. Asimismo, reuníó a todos los estados del norte y centro de Alemania en la Confederación de Alemania del Norte, bajo el control prusiano. Ante estos acontecimientos, el Parlamento de Prusia cedíó y sanciónó con carácter retroactivo sus estratagemas financieras de los cuatro años precedentes.En 1870, Bismarck consiguió involucrar a Francia en una guerra contra los estados alemanes (la denominada Guerra Franco-prusiana). Confió en que, ante el entusiasmo nacionalista que se desataría, lograría atraer a los indecisos estados alemanes del sur al proyecto de una Alemania unificada. Y su plan tuvo éxito: en 1871, el Imperio Alemán (conocido por la historiografía como el II Imperio Alemán), incluidos los estados del sur, reemplazó a la Confederación de Alemania del Norte y el rey de Prusia se convirtió en el emperador de Alemania
En 1861, el Parlamento había concedido al gobierno fondos adicionales para realizar estas reformas, pero en 1862 se negó a entregarlos si no se llevaba a cabo una reducción de tres a dos años en el servicio militar obligatorio. El rey Guillermo I no cedía por temor a que los reclutas no estuvieran suficientemente imbuidos de los valores conservadores, y precisamente por esta razón el Parlamento, con mayoría liberal, insistía en obtener esta concesión.A fin de salir de este estancamiento, Bismarck fue nombrado primer ministro. Procedíó a recaudar impuestos adicionales de acuerdo con el presupuesto de 1861, alegando que, puesto que en la Constitución no se dispónía nada en el caso de una paralización de las negociaciones, se veía obligado a aplicar el presupuesto del año anterior. Para justificar la ampliación del Ejército, y refiriéndose a la unificación de Alemania, advirtió lo siguiente: “las grandes cuestiones del momento no se solucionarán con discursos ni con decisiones adoptadas por mayoría, sino con sangre y acero”.La opinión pública comenzó a inclinarse a su favor en 1864, cuando Bismarck utilizó al reorganizado Ejército prusiano, en alianza con Austria, para arrebatar las provincias de Schleswig y Holstein a Dinamarca. Dos años después, convirtió la disputa por estas conquistas entre Austria y Prusia en una guerra contra Austria y los restantes estados alemanes, la denominada Guerra Austro-prusiana o guerra de las Siete Semanas. Tras una campaña fulminante, Bismarck anexiónó Schleswig-Holstein, Hannover y algunos territorios más a Prusia. Asimismo, reuníó a todos los estados del norte y centro de Alemania en la Confederación de Alemania del Norte, bajo el control prusiano. Ante estos acontecimientos, el Parlamento de Prusia cedíó y sanciónó con carácter retroactivo sus estratagemas financieras de los cuatro años precedentes.En 1870, Bismarck consiguió involucrar a Francia en una guerra contra los estados alemanes (la denominada Guerra Franco-prusiana). Confió en que, ante el entusiasmo nacionalista que se desataría, lograría atraer a los indecisos estados alemanes del sur al proyecto de una Alemania unificada. Y su plan tuvo éxito: en 1871, el Imperio Alemán (conocido por la historiografía como el II Imperio Alemán), incluidos los estados del sur, reemplazó a la Confederación de Alemania del Norte y el rey de Prusia se convirtió en el emperador de Alemania