Medios de expansión
: El colonialismo a tan gran escala no hubiera sido posible sin los avances de la Revolución industrial, especialmente, cuando hablamos de continentes tan cerrados y herméticos como Asía, y sobre todo África, con sus selvas y desiertos, y tan lejanos como Oceanía. Debemos destacar, en primer lugar, los medios técnicos: el progreso de la navegación mediante la aplicación del vapor y la apertura del canal de Suez; la utilización del cable submarino en los telégrafos para transmitir mensajes con rapidez; la utilización de los buques-cañonera para explorar los ríos y forzar la apertura de los puertos al comercio occidental, y por último, la generalización del uso de la quinina como tratamiento preventivo contra el tifus y la malaria, sin lo cual no hubiera podido producirse la penetración de África. No menos importantes fueron los medios humanos. Las sociedades geográficas, financiadas por grupos económicos, impulsaron las exploraciones geográficas que mejoraron el conocimiento del planeta. Entre esas expediciones destacamos las que se realizaron para encontrar las fuentes del Nilo y del Congo, dirigidas por David Livingston y Henry Stanley; y ya en el siglo XX, las de Robert Peary al Polo Norte y Roald Amundsen al Polo Sur.
La colonización de África:-África antes de 1880:
Antes de 1880, África era un continente casi desconocido, a pesar de su cercanía con Europa. Se conocía desde la antigüedad la cuenca del Mediterráneo, que había formado parte del Imperio romano, y todo el perfil del continente desde el Siglo XV, gracias a los viajes de los portugueses. Pero el hermetismo de sus líneas, con escasos accidentes destacados (el Golfo de Guinea, el Cabo de Buena Esperanza, Madagascar y el Mar Rojo), de mares interiores y ríos navegables, los abundantes rápidos y una geografía dominada por los desiertos y las selvas, evitaron que el hombre blanco penetrara hacia el interior. Así pues, la presencia de los europeos se limitó a unas factorías comerciales en las costas, desde donde se obténía marfil, oro y esclavos. No obstante, a mediados del Siglo XIX, los franceses y británicos había conseguido repartirse los territorios del norte de África dependientes del Imperio turco: Francia se posesiónó de Argelia y Túnez, y Gran Bretaña de Egipto, el paso obligado hacia La India que cobraría aún mayor importancia tras la construcción del Canal de Suez. Con anterioridad, los granjeros holandeses, los bóers, se habían establecido en el África austral, especialmente en Orange, Natal y Trasvaal, pues los británicos lograron expulsarlos de El Cabo. Angola y Mozambique pertenecían a Portugal desde el Siglo XV. Por último, hay que destacar la presencia europea en Senegal ligada al comercio triangular. Este territorio acabaría en manos de Francia desde mediados del XIX.
-La Conferencia de Berlín:
Tras la unificación, Alemania se había convertido en el eje diplomático de Europa gracias a la política de Bismarck. Es por este motivo por lo que será en Berlín donde en 1884, se celebre una gran conferencia internacional, la Conferencia de Berlín, a la que asistirán representantes de doce naciones europeas, Turquía y EE.UU., y en la que se decidirán las líneas maestras para colonizar el continente africano. Los avances tecnológicos (el barco a vapor, el ferrocarril y la quinina) hacían posible vencer las dificultades físicas que por tanto tiempo habían mantenido al continente a salvo, y las necesidades económicas y nacionalistas de las potencias impulsaban la colonización.La Conferencia pretendía establecer unos principios respetados por las potencias sobre cómo debía realizarse la colonización de África. Esa colonización se realizaría con una gran celeridad, pues en los siguientes veinte años (entre 1885 y 1904) el continente fue ocupado en su totalidad, pero los conflictos no pudieron evitarse. Precisamente, las crisis africanas entre Alemania y Francia de 1905 y 1911, sería una de las causas inmediatas que conduciría a la I Guerra Mundial.
Los principios fundamentales que se establecieron en la Conferencia de Berlín son:
-Nueva doctrina de ocupación territorial según la cual, son los ocupantes de la costa y no los descubridores los titulares efectivos de los territorios del interior. Es decir, la ocupación por una potencia de dos puntos de la costa, otorga la posesión del interior del territorio comprendido entre esos puntos.-Reconocimiento de la libertad de navegación de los ríos Congo y Níger. Este hecho es fundamental porque junto con el Nilo, son los únicos cursos navegables de importancia que permiten entrar en el interior de África.-La libertad de comercio en África centralLa adjudicación del territorio del Congo a una asociación privada que presidía el rey Leopoldo II de Bélgica. Se pretendía con esta medida y la anterior evitar conflictos entre las potencias por ocupar el corazón del continente.
El reparto de África y los conflictos coloniales:
La Conferencia de Berlín planteaba la posibilidad de construir imperios coloniales continuos. Fue lo que intentaron conseguir Gran Bretaña, Francia y Portugal, partiendo de los asentamientos que ya habían establecido con anterioridad. De este modo, los británicos pretendieron construir un Imperio longitudinal continuo, uniendo sus posesiones de Egipto con El Cabo; Francia un Imperio transversal, uniendo el Golfo de Guinea con el Mar Rojo a través del Sáhará, partiendo de sus posesiones en Argelia, Túnez y Senegal; Portugal unir Angola y Mozambique. Lógicamente, en los lugares donde se intersectaran estas líneas habían de producirse conflictos:-La uníón de Angola con Mozambique proyectada por Portugal chocaba con los intereses británicos. Gran Bretaña lanzó un ultimátum a Portugal, y éste, que no deseaba perder su amistad con Inglaterra, aceptó dejar a los ingleses el camino libre conservando sus antiguas posesiones africanas.-Los intereses franceses y británicos chocaron en el Sudán. En 1898 se produjo la Batalla de Fashoda que se saldó con el triunfo de los ingleses. Así pues, el Imperio transversal francés quedó cortado, pero los ingleses pudieron continuar su camino desde Egipto hacia el sur.-Las guerras de los bóers: Los holandeses se habían establecido en el África austral desde el Siglo XVII. Los ingleses los habían expulsado de El Cabo y los holandeses se habían establecido en las regiones de Orange, Natal y Transvaal. Eran granjeros en su mayoría, de ahí el apelativo despectivo con el que los conocían los británicos, pues bóer en holandés significa vaca. El descubrimiento de las riquísimas minas de oro y diamantes en estas tierras despertó la codicia británica. Así se produjeron las llamadas guerras de los bóers con victoria de Inglaterra. La guerra de los bóers más importante fue la que se produjo entre 1899 y 1902. Los británicos se vieron obligados a desplegar 250.000 soldados, de los que murieron 22.000. A esa cifra hay que sumar la de 7.000 bóers y 20.000 africanos. Se calcula además, que perecieron 28.000 civiles bóers en los campos de concentración, víctimas del hambre y de las enfermedades.-En la década de los ’90 la Alemania de Guillermo II decidíó entrar en la carrera colonial. Con anterioridad no lo había hecho porque Bismarck se había mostrado contrario a participar en una aventura que traería enfrentamientos con las otras potencias. Alemania ocupó las regiones del África Oriental Alemana (actual Tanganika) y el África sudoccidental Alemana. Estas posesiones impidieron a Inglaterra lograr su Imperio longitudinal continuo. Como resultado, Inglaterra buscó la amistad con Francia, lo que dio lugar a la creación de la Triple Entente Cordial. Francia había roto su aislamiento, algo que Bismarck siempre había querido evitar. Alemania intentaría quebrar la amistad francobritánica provocando las crisis africana a principios del Siglo XX. Esa amistad saldría reforzada, pero los alemanes lograron que Francia les cediera la colonia del Camerún, con lo que se situaron en el Golfo de Guinea.