nombre de Novecentismo o Generación del 14 designa a un grupo de escritores situados entre la Generación del 98 y la del 27. Con este término se pretende aludir a una carácterística fundamental: su deseo de renovación estética, y crean un arte y una literatura propios del novecientos, es decir del Siglo XX. La fecha de 1914 hace referencia al inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Las primeras obras de algunos de ellos responden al impulso modernista, en su madurez literaria representan un nuevo talante para la literatura. Esta generación se caracteriza por los siguientes rasgos:
1Suelen ser intelectuales que poseen una formación académica o universitaria.
2Adoptan una actitud europeísta
3Su método se basa en el rigor, en la exigencia y en el análisis racional.
4Investigan sobre la realidad del país para rehacer la historia con criterios más rigurosos
5Se asigna a los intelectuales, una minoría selecta, la misión de impulsar y dirigir la modernización de España desde el poder e instituciones oficiales.
6Surge un tipo de literatura en la que lo intelectual y lo conceptual prevalece frente a lo emotivo y sentimental. Se defiende el arte puro, por ejemplo con Juan Ramón Jiménez y la poesía pura y se cuida sobre los aspectos formales y se considera que el objetivo de la obra de arte es producir placer estético.
7En la poesía, huida del sentimiento ROMántico y de los adornos modernistas.
8En la novela, desprecio del Realismo. Importan más los valores artísticos
Los integrantes son pensadores (José Ortega y Gasset); políticos (Manuel Azaña); médicos (Gregorio Marañón); novelistas y ensayistas como José Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala; poetas (Juan Ramón Jiménez y León Felipe) y un escritor que estuvo en la vanguardia de todo: Ramón Gómez de la Serna con sus Greguerías.
EL ENSAYO fue uno de los géneros más cultivados por estos autores y en él destaca, José Ortega y Gasset, que es la máxima figura de la filosofía española del Siglo XX.
Literariamente interesa por su estilo claro y elegante, por su empleo magistral de la metáfora y el símil para hacer plástica la idea. Su pensamiento se sitúa entre el Racionalismo y el vitalismo. Sus ensayos más representativos son: La rebelión de las masas, de tema sociológico y La deshumanización del arte, donde expone sus ideas acerca del arte nuevo. Este es minoritario y antipopular, es un arte puro, que valora las puras calidades formales, tiende a la deshumanización pues relega las emociones humanas en pro de la pura emoción estética y es un arte intelectual porque no se funda en el contagio emocional, sino en el placer inteligente.
Eugenio d’Ors fue conocido por las Glosas, breves artículos que responden a la mentalidad educadora del momento.
Otros ensayistas son: Gregorio Marañón (Don Juan), Manuel Azaña y Américo Castro.
LA NOVELA ofrece dos grupos de escritores: los que siguen escribiendo en una línea cercana al Realismo decimonónico (Concha Espina: La esfinge maragata.) y los que realizan una narrativa innovadora, algunos de los cuales entroncarán con las Vanguardias. Suponen una superación de los patrones narrativos del Realismo, cada uno por un camino distinto: Gabriel Miró a través del lirismo, Wenceslao Fdez. Flórez, autor de El bosque animado, y Benjamín Jarnés con El profesor inútil mediante la ironía o el humor, dando lugar a la poesía humorística, y Pérez de Ayala por el intelectualismo.
El tipo de novela intelectual, lírica y esteticista propugnado por Ortega está representado fundamentalmente por dos autores: Ramón Pérez de Ayala, Gabriel Miró.
Ramón Pérez de Ayala. Se trata de un novelista intelectual, erudito, meticuloso en lo que a la forma se refiere, clásico y elegante, con ingredientes de ironía y humor. Sus obras son: Troteras y danzaderas, Prometeo o Tigre Juan.
Gabriel Miró. Es el autor de un tipo de novela denominada lírica y formalista: la acción y el argumento apenas interesan, adquieren gran importancia las sensaciones; el estilo es muy elaborado y cuidadoso. Destaca por su sentido lírico y su dominio del lenguaje. La técnica narrativa utilizada es la descripción. De sus obras destacan Las cerezas del cementerio y El obispo leproso
Ramón Gómez de la Serna cultivó todos los géneros, además de inventar uno: la greguería, definida por él mismo como ‘metáfora + humor’, y sirve como puente entre el Novecentismo y los movimientos de vanguardia. Siempre intentó renovar y ser original estéticamente. En su intento por desmoronar el relato clásico, introduce en sus novelas imágenes, metáforas y continuos juegos de palabras. Otra de sus obras es El torero Caracho
LA POESÍA busca un arte que detenga el sentimiento y que se exprese con un lenguaje depurado.
Juan Ramón Jiménez fue un autor con una trayectoria literaria muy personal. Tras la superación del Modernismo de su etapa inicial, abríó con la poesía pura nuevos caminos que servirían de guía a los poetas posteriores (fue el maestro de los poetas del 27). Tiene tres etapas en su poesía: la sensitiva, con Arias tristes dentro de la estética modernista; la intelectual, con Diario de un poeta recién casado; y la suficiente o verdadera, con Dios deseado y deseante. Es una poesía que muestra su plenitud espiritual y estética y en la que aparece la presencia de un Dios que se identifica con la naturaleza, con la belleza o con el propio poeta.
En definitiva, el Novecentismo es un período donde el ensayo alcanza un desarrollo muy notable y en el que se gestan conceptos poéticos que los del 27 desarrollarán en la Edad de Plata de la literatura española.
Durante el primer tercio del Siglo XX se produce en Europa una explosión creativa, de la cual se generan multitud de movimientos estéticos que se suceden y entrecruzan en pocos años y en un ritmo vertiginoso. Son las llamadas Vanguardias entre las que destacan el: Futurismo, el Cubismo, el Expresionismo, el dadaísmo, el Surrealismo, que se caracterizan por su afán experimental y por su voluntad de romper con todo lo anterior. Son movimientos muy diversos e incluso contradictorios y opuestos.
En España el iniciador de las vanguardias fue Ramón Gómez de la Serna, fundamentalmente con sus “greguerías”.
A partir de 1918 comenzaron a desarrollarse las dos vanguardias de origen hispánico: el Creacionismo y el Ultraísmo. El creacionismo fue un movimiento que se originó en Chile y cuyo creador fue Vicente Huidobro que pretende “crear” poemas como objetos nuevos e independientes de la realidad.
El ultraísmo integra las vanguardias de aquellos años. Su mismo nombre sugiere el deseo de “ir más allá” para formar una nueva estética. Entre sus postulados están la primacía de la metáfora, la consideración del arte como un juego, la supresión de los signos de puntuación… Su principal promotor fue Guillermo de la Torre, autor de la obra Hélices.
Las vanguardias propiciaron un clima literario de renovación y prepararon el camino para que se desarrollasen las grandes obras de los poetas del 27. Se desarrollaron n manifiestos, en planteamientos teóricos