En el plano industrial, España dejará de ser un mero exportador de minerales para convertirse en un productor de acero y constructor de barcos. La zona industrial por excelencia era Cataluña. Allí, la industria más importante, como la textil, sufría una serie de debilidades (materias primas –algodón- y patentes eran importadas del exterior). Esa situación obligó al textil catalán a apoyarse en un alto arancel. Desde ahora, el empuje extraordinario de la siderurgia vasca (en 1902 se funda Altos Hornos de Vizcaya) utilizará el carbón de Asturias. Es también el momento en que nacen las primeras industrias eléctricas.
La guerra cambió el saldo negativo de la balanza comercial española, gracias a las exportaciones (hierro, carbón, naranjas…) y a los fletes (contratos de transporte para barcos españoles).
Pero no todo fueron aspectos positivos: aunque se producía más, los precios subieron más de un 15% porque se conseguían beneficios más altos exportando los productos españoles. Los salarios no subieron tanto, con lo que los conflictos sociales se agravaron. Además, gran parte de los beneficios obtenidos por los empresarios no se reinvirtió en la mejora de equipos industriales, con lo que, al acentuarse la competencia con otros países una vez acabada la guerra, la crisis fue peor de lo esperado.
El conservador Dato evitó los problemas políticos teniendo cerradas las Cortes. Lo único destacable fue que aprobó por decreto la Ley de Mancomunidades, la primera que permitía cierta autonomía regional.
El liberal Romanones gobernó durante 1916 y contó como ministro de Hacienda con Santiago Alba, un liberal de izquierdas que planteó un ambicioso programa de reformas (desarrollo de la industria, instrucción pública, carreteras y regadíos). Todo a costa de un impuesto extraordinario que los empresarios y la derecha del país se encargaron de echarlo abajo.
LA CRISIS DE 1917
Otro gobierno liberal, el de García Prieto, es el que tuvo que hacer frente a la triple crisis que se originó durante el verano de 1917:
1
Crisis militar
El ejército español, un monstruo heredado de las guerras coloniales con seis veces más oficiales que el francés siendo seis veces más pequeño, estaba dividido entre oficiales peninsulares y africanistas, que ascendían por méritos de guerra. El descontento por los ascensos, llevó a varios coroneles a organizar Juntas de Defensa que provocó su caída en Junio. El rey volvíó a llamar a Dato a la presidencia del gobierno.
2
Crisis parlamentaria
Dato se negaba de nuevo a abrir las Cortes, lo que llevó al político nacionalista catalán F. Cambó, de Solidaritat Catalana, a organizar en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios (unos 70) para exigir unas Cortes Constituyentes
3
Crisis social
Las huelgas se sucedieron hasta el verano y en Agosto los ferroviarios de la UGT llamaron a una huelga general que paralizó el país del 10 al 13 de Agosto, con más de 70 muertos en toda España. El gobierno echó mano del ejército y, asustados, Juntas de Defensa y Parlamentarios se pusieron del lado que les correspondía.
Las consecuencias de la crisis fueron muy graves
El partido Conservador y el Liberal se fragmentaron en múltiples facciones a las que será imposible poner de acuerdo por el personalismo de sus líderes, lo que producirá “gobiernos de concentración” muy inestables.
La CNT juntaba en 1919 a 700000 afiliados, sobre todo catalanes, destacando entre sus dirigentes Ángel Pestaña y Salvador Seguí. En 1919, mantuvo durante 44 días una huelga en la empresa eléctrica y de tranvías “La Canadiense” de Barcelona.
Por su parte, la UGT contaba en 1921 con 240000 afiliados y el PSOE con 45000. Tras el triunfo de la Revolución en Rusia, se va a producir en 1921 una ruptura entre los marxistas españoles. A la muerte de Pablo Iglesias, dirigirá el socialismo español Julián Besteiro.
Hasta 1921, la cuestión social siguió empeorando y no ayudó nada a solucionarla que el gobierno de Dato la combatiera a tiro limpio en las calles de Barcelona, a través del gobernador “civil”, el general Martínez Anido.
LA PRESENCIA DE ESPAÑA EN Marruecos. 1921 EL DESASTRE DE ANNUAL.
Pero ese año fue el de un nuevo desastre colonial en el protectorado marroquí otorgado a España en la Conferencia de Algeciras de 1906. El general Silvestre llevó a cabo una campaña de conquistas imprudente en un frente muy amplio que acabó en una emboscada en Annual en Julio. La retirada caótica hacia Melilla dejó 12000 muertos sobre el campo de batalla.
Las consecuencias políticas fueron demoledoras. De nuevo, militares y gobierno se echaban la culpa del desastre. El propio rey se vio salpicado por el asunto, al apoyar la expansión colonial. En las Cortes se formó una comisión para investigar las responsabilidades del desastre. En esta situación se produjo el pronunciamiento del Capitán General de Cataluña, el general Miguel Primo de Rivera, el 13 de Septiembre de 1923.