PERSONAJES
− Alejandro:
Hermano de Andrés al que no soportaba. Era el vivo retrato de su padre, pero aun más degradado, de hecho era su favorito. No hacía nada, era un holgazán. − Pedro:
Otro de los hermanos de Andrés. Su padre sentía cierta indiferencia por él y él admiraba a Andrés. Estudiaba para abogado.− Luisito:
Hermano pequeño de Andrés y muy querido por éste. Estaba muy enfermo y murió de tuberculosis causando un gran dolor a Andrés. − Margarita:
Hermana de Andrés. Es una mujer resignada a los valores sociales de la época y acostumbrada a vivir en una familia derechista y conservadora llena de varones. Atendía las necesidades familiares − Don Pedro:
Hombre despótico y egoísta. Padre de Andrés, opuesto a todas las ideas que pasasen por la cabeza de este, derechista de los pies a la cabeza, parecía que odiaba a Andrés, porque no se sometía a su voluntad.
− Julio Aracil
Muy amigo de Andrés, compañero de niñez de Andrés, de carrera y posteriormente de trabajo. Su forma de vida no se correspondía en absoluto con las ideas de Andrés, pero aun así eran muy amigos.
− Montaner
: Compañero de carrera de Julio Aracil y Andrés, con el que siempre estaba discutiendo. Era derechista, aristócrata, monárquico y clasista. Acabó siendo pobre y humillándose al pedir trabajo a Julio. − Fermín Ibarra:
Amigo de Andrés. Era un chico enfermo de artritis, pero que acaba siendo un hombre sano y con una buena posición. − Rafael Sañudo:
Amigo de Andrés. Se reunía con él en un café para conversar y sus ideas divergían de las de su compañero. − Jaime Massó:
Amigo de Aracil. Sentía curiosidad por el funcionamiento de los órganos. Era muy supersticioso. − José de Letamendi:
Profesor de la Universidad de Medicina. Andrés se llevó una gran decepción al darse cuenta de que no era el genio que él creía. − Antonio Lamela:
Compañero de Andrés. Estaba enamorado de una mujer de la aristocracia y por eso le iba retrasado en los estudios. Era católico y fantasioso − Doña Leonarda:
Madre de Lulú. Representa a la mujer madura de la época de Andrés, volcada a la religión y a los valores tradicionales que la sociedad había impuesto anteriormente. − Niní:
Hija de Doña Leonarda y hermana de Lulú. Julio Aracil mantiene una relación con ella, aunque sus intenciones no son buenas, pues piensa abandonarla. Se acaba casando con un hombre rico, llamado Don Prudencio. − Antonio Casares:
Periodista amigo de Julio. Un personaje prepotente y con ciertos aires de Don Juan. Interviene en el conflicto que Andrés sufre con el director de El Masón Ilustrado.
− Doña Virginia:
Personaje con cierto parecido a la Celestina. Se gana la vida acogiendo a embarazadas desvalidas, a las que luego utiliza. − Rafael Villasús:
Artista mediocre. Tiene dos hijas: Pura, que tenía un hijo con un sainetero estúpido, y Ernestina, que mantiene una relación con un revendedor. Muere en la más estricta pobreza, después de sufrir ceguera y una especie de locura. − Venancia:
Mujer mayor que representa, en cierta parte, el conformismo de la sociedad. Trabaja para mantener a su hija, una borracha, y a su yerno, un holgazán cobarde. − Manolo el Chafandín:
El chulapo yerno de la Venancia, vive a consta de ella. Es el motivo por el cual su mujer y su suegra mantienen discusiones. − Don Martín:
Tío de Vitorio (amigo de Aracil y Hurtado). Posee dos tiendas, además de una casa propia. Cree que la sociedad le debe atenciones, las cuales le son negadas. Se le llama El Tío Miserias. − Vicente, Juan e Isabel:
Primos del padre de Hurtado. Son los dueños de la casa de Valencia donde pasan una temporada Don Pedro, Margarita, Luisito y Andrés − Don Juan Sánchez:
Médico de Alcolea del Campo, pueblo donde Andrés ejerció la medicina durante un tiempo. Se creía omnipotente y todo lo hacía para su beneficio. Terminó criticando a Hurtado y creándole así una mala reputación en el pueblo a raíz del caso del Tío Garrota. − Pepinito:
Marido de Dorotea. Hombre con un gran sentimiento de superioridad. Es detestable. − Dorotea:
Es la patrona de la casa donde se aloja Andrés durante su estancia como médico en Alcolea del Campo. Ella es para Andrés el deseo carnal, no la ama, pero sin embargo pasa la noche con ella. − Don Blas Carreño:
Hidalgo asentado en Alcolea que Andrés conoció durante su estancia en el pueblo.
− El Tío Garrota: Vecino de Alcolea acusado de asesinar a su mujer, conflicto por el que Andrés dejó el pueblo. − Iturrioz:
(ANTAGONISTA, por ver las cosas de una forma realista en oposición a Andrés que buscaba profundizar más en todo e idealizarlo) Es el tío de Andrés y otro de los personajes principales de la novela, dada la importancia que tenía su persona para Andrés. Se convertirá junto a Lulú en el mejor amigo de nuestro protagonista. Andrés discute con él todo asunto que se le ocurre, esperando en cierto modo, palabras de apoyo. Iturrioz es quien contempla en compañía de otro médico a Andrés en su lecho de muerte tras el suicidio. − Lulú:
Parece, en un principio, que no va a tener tanta importancia como cobra al final: se convierte en la esposa de Hurtado. En el primero, se nos presenta como un producto marchito por el trabajo, la miseria y la inteligencia, se da una descripción física de ella y se la presenta en contraste con su hermana Niní. Antipática y graciosa, con sonrisa
de malicia, lúcida y mordaz… En el segundo, habla de su carácter. Es un personaje con un fondo muy humano y muy noble, tolerante, desenfadada, franca, no aceptaba derechos ni prácticas sociales. Lulú siente, al igual que Andrés, esa ternura por los seres desvalidos; es sincera, tiene el afán de analizarlo todo… A medida que transcurre la novela Andrés se da cuenta de que está enamorado de ella, tanto que al final representará para Andrés el prototipo de mujer inteligente y guapa. Es un personaje insignificante en principio, que cobra un desarrollo autónomo y, progresivamente, se hace más importante en la novela hasta convertirse en un personaje principal. Muere al dar a luz a su hijo, el cual también muere, lo que desencadenará en el suicidio de Hurtado
− Andrés Hurtado
: Es el protagonista de la obra. Su familia es de ideas derechistas, totalmente opuestas a las suyas. Era un joven inquieto e interesado en aprender todo cuanto pudiera, sobre todo sobre la medicina, carrera que eligió por sí mismo. Es un personaje antisocial que siente desprecio por el rico y simpatía por el pobre, odia la sociedad, le hace sentirse mal. Las ganas de aprender, leyendo libros de todo tipo, le llevaban a pensar mucho en cuestiones filosóficas que discutía siempre con su tío Iturrioz. Estas preguntas eran sobre todo existenciales, y se las plantea más que nunca tras la muerte de su hermano Luisito. Estas preguntas le perturbaban interiormente y finalmente acaban con su vida. La muerte de su mujer, Lulú, después de tener un niño muerto, le hunden en una depresión que no soporta y opta por suicidarse.
− Otros personajes
Podemos citar, por ejemplo, a la tía Negra, una vieja borracha y verdulera, a la señora Benjamina (o Doña Pitusa, como le apodan los vecinos), cuyo hijo, apodado el Chuleta, trabaja en una funeraria, o Don Cleto, un viejecito que vive de las caridades de sus amigos.
El Maestrín, curandero, pedante y muy celoso en cuestiones de honor.
NOVELA
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Primera parte
La vida de un estudiante en Madrid
Andrés Hurtado comienza la carrera
: Estudió Bachiller en el Instituto de San Isidro y medicina en la Escuela de arquitectura. El primer día (octubre)-Estudiantes-algarabía. Analizaba la escena. Se encontró con Julio Aracil y Montaner, el primero, antiguo compañero. Antipatía por los 2, pero más por Montaner (monárquico, partidario de ricos, no le gustaban los naturalistas, Zorrilla). Hurtado (republicano, naturalistas, Espronceda). El profesor de Química era un viejo al que le gustaba que le aplaudiesen y fácil de burlar por los alumnos más alborotadores. Otras asignaturas que tenía eran: Botánica, Zoología.
Los estudiantes:
Los estudiantes iban a Madrid con un aire donjuanesco y no les preocupaba la religión. España, entonces era un país con fosilización de ideas. Los estudiantes en clase de Química fumaban, leían novelas y no atendían al profesor.
En el aislamiento
: La madre le había inculcado la religión, pero con el paso del tiempo, ésta había desaparecido de su vida. Se sentía sólo. Sus dos hermanos estudiaron en un colegio y a él le metió en un instituto por “falta de dinero” su padre. Discutía frecuentemente con él ya que el padre era conservador y el hijo republicano. Al igual que pasaba en el piso de arriba en una familia catalana, pero el hijo allí era el conservador y el padre el republicano. Margarita mediaba en sus discusiones.
El rincón de Andrés
: El padre era amable con los de fuera y mantenía amistades interesadas. Trabajaba para un marqués, cobrando alquileres. En su mismo edificio vivían dos ex-bailarinas, protegidas por un viejo senador, llamadas “las del moñete”. Pedro el padre las elogiaba muchísimo. Andrés dormía en la habitación con su hermano Pedro; cuando empezó Medicina de trasladó a un cuarto alto sólo, donde se guardaban antes los trastos viejos. Con buenas vistas desde su ventana, como dos jóvenes, una mujer que se maquillaba… En los primeros exámenes, aprobó 4 asignaturas, quedándole Química (dijo que no se había presentado), pidió a su tío Iturrioz, que le recomendara y a pesar de hacer un fracaso de examen de recuperación, aprobó.
La sala de disección:
Hurtado y Montaner se hicieron más amigos. En anatomía, tenían que diseccionar. Andrés no tenía ningún reparo, pero le molestaba cómo sacaban a los muertos del carro y cómo metían los pedazos en calderas. Había un amigo de Aracil (dominador, cruel, desdeñoso), llamado Jaime Massó que le apasionaba la disección (era supersticioso- hilo misterioso- y wagneriano). Andrés también salía con Rafael Sañudo y Fermín Ibarra. Con Sañudo iba al Café del Siglo (c/Mayor) donde se hablaba de Wagner y donde había una chica rubia que destacaba Sañudo y compañía, quienes hablaban mal de todo el mundo. También frecuentó cafés para cantaores (que le parecían repugnantes aunque le encantase el flamenco) y otros sitios que creía peligrosos, como el Café del Brillantes (con chulos, camareras); garito en la C/ de la Magdalena (miedos.- mujer extraña). Los domingos por la tarde iba a visitar a Fermín Ibarra, que tenía artritis y leía ciencia recreativa. Le daba impresión de dolor y amargura. La vida le era fea, turbia, dolorosa e indomable. De puertas adentro, Andrés desarrollaba ideas republicanas como Saint Just. Había mucha diferencia entre Hurtado y sus amigos y los provincianos.
Aracil y Montaner
: En el verano, Aracil se fue a Galicia, Montaner a la sierra y Hurtado se quedó en Madrid. Por las mañanas, iba al Retiro con Luisito y Margarita y por las tardes, leía. Tenía fisiología. Pensaba que le iba a entusiasmar pero su profesor y su libro eran muy malos. Este año, intimó más Hurtado con Aracil. Era muy hábil, quería valerse por sí solo. Le gustaba sentirse superior e iba de guaperas. Le gustaba la omnipotencia del dinero y la claudicación. Tipo semita. Aceptaba todo, se acomodaba a lo que fuese necesario. Enemigo de lo vidente y amigo de libros franceses entre naturalistas y galanes. Montaner era “tipo semita”, tranquilo, odiaba la violencia, blando de carácter. Aracil se marchó en el verano y Hurtado y Montaner se quedaron solos. Paseaban por la Castellana y por el Prado. Al final del verano se fueron al Parque del Buen Retiro a escuchar ópera antigua, seguían a las chicas. Montaner y Hurtado hablaban mal de Aracil, pero cuando éste llegaba, iban con él.
Una fórmula de la vida:
Comienzan las clases con José de Letamendi. Su teoría sobre la vida, que era una multiplicación entre el individuo y el cosmos, la quiso explicar Hurtado en el café de su amigo Sañudo y un estudiante se la rebatió. La segunda vez que la leyó le pareció una tontería. Lo único que tenía Letamendi era palabrería. Por ello, Hurtado se interesó por la filosofía, leyendo libros.- Schopenhauer, Fichte y Kant. Leyó libros de filósofos franceses (cyranos), italianos (cantantes de ópera) que no le agradaron.
Un rezagado
: En 5º, Luisito cayó enfermo con fiebre tifoidea diagnosticada por el doctor Aracil. El cuidado de Margarita le hizo a Andrés sentir estima por ella. Se le pasaron las fiebres y Andrés de preguntó si de verdad servía la medicina para algo. Pero Luisito siguió malo. En ese curso, Andrés se hizo amigo de Antonio Lamela, un rezagado. Éste estaba enamorado de una dama noble, vieja y fea de verdad. Era muy católico y tenía unas ideas muy anticuadas. Hurtado pensaba que estaba un poco loco. Para él había dos clases de personas: – buenas y mezquinas como Aracil y Montaner. Buena relación entre Margarita, Luisito y Andrés.
Paso por San Juan de Dios:
Se apuntaron Aracil, Montaner y Andrés a un curso de enfermedad venéreas. Visitaron una sala de mujeres y a Hurtado le pareció deprimente. La vida le estaba enseñando su peor cara. El médico de la sala, amigo de Aracil era cruel y maltrataba a los enfermos de palabra y obra. Abandonó Andrés el curso de San Juan de Dios por la arrogancia y crueldad del médico hacia una enferma y su gato. Quería seguir las ideas de Ernesto Álvarez (anarquista), pero pronto Aracil le quitaba esas ideas de la cabeza. Pensaba que en la vida, no había ni podía haber justicia.
De alumno interno:
Montaner, Aracil y Andrés hicieron el examen para el Hospital General. Los dos últimos aprobaron. ( Hurtado llevaba una recomendación de su tío Iturrioz.) Un médico adivinó que no tenía vocación para la medicina, le gustaba investigar, sentía curiosidad por todo. Veía que en el hospital se jugaba demasiado a juegos de azar, como por ejemplo, dos curas, uno de ellos llamado Lagartijo. Hurtado se hizo amigo de las monjitas de la Caridad. Un enfermo le dio el diario de una monja, sor María de la Cruz. Quiso conocerla, pero ya había muerto. Había en el hospital, un tipo muy ansioso llamado Juan que cuidaba de enfermos contagiosos. Supuestamente un místico, para otros un obseso sexual. Para Andrés era repulsivo
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Segunda parte
Las carnarias
Las Minglanillas:
Julio Aracil se acercó a Andrés Hurtado y comenzó a despreciar a Montaner, que no asistía ya a clase. Julio le comentó a Andrés que él “estaba” con una chica llamada Niní que era una de las dos hijas que tenía una viuda pobre, antipática, a las que llamaba las Minglanillas. La viuda se llamaba Doña Leonarda y la otra chica Lulú. (Era graciosa, pero no bonita). A Andrés le parecía incorrecto que Julio tomase a Niní como querida para luego abandonarla cuando quisiese. -Vivían en la C/del Fúcar. -Niní y Aracil iban a la C/ Cervantes.
Una cachupinada:
Julio le informó a Andrés que había baile en casa de las Minglanillas el domingo de Santa Susana y que si quería ir, tenía que pagan. Iban chicas guapas un periodista llamado Antoñito Casares (mujeriego, quería una mujer rica) y un sainetero. Entre las chicas había una rubia que había sido raptada por un señor rico, sátiro en un hotel y ella había conseguido escapar. El padre violó y el hermano asesinó. La chica se llamaba Estrella odiada por las mujeres y tenía una hermana de unos doce o trece años, sinvergüenza, que se llamaba Elvira. Andrés se sentó al lado de Lulú. Se acercó Casares a invitarla a bailar pero ella rechazó la invitación. Lulú (le gustaban las chicas), le dijo a Hurtado que ella conocía las verdaderas intenciones de Julio. También dijo que quería morirse. Esta conversación les hizo muy amigos.
Las moscas:
Salieron de la fiesta y fueron a casa de Doña Virginia, una comadrona de 75 años, morena, que estaba acompañada de tres hombres (uno su amante, supuesto profesor de italiano, otro el director de la revista El Mesón Ilustrado, el otro un anestesista del hospital). La comadrona tenía a chicas en su casa, pero les dijo que se tenían que marchar. Ya en la calle se encontraron con Victorio, el hijo del prestamista de la calle Artoa, que conocía a Julio. El director de El Mesón comilon advirtió a Andrés que Virginia tenía un negocio basado en el aborto y rapto de chicas y que el supuesto profesor era su cómplice. Todos fueron a la Carrera de San Jerónimo y de allí a la casa de Villasús, un escritor pésimo de comedias que era un majadero bohemio. Sus hijas se llamaban Pura y Ernestina. El amante de Pura era sainetero interesado. El director del Mesón y Andrés se pelearon y este último, harto de las escenas que veía, se fue con Casares. “ La piedad no aparecía por el mundo”.
Lulú:
Simpática, graciosa, sin vergüenza al hablar. Pero no se sentía atraído por ella. Bordaba para un taller de la C/Segovia. Le gustaban las canciones populares. Cuando fue pequeña estuvo una temporada sin hablar.- le ponía triste. No guardaba respeto a nada ni a nadie. Era servicial y no tenía amigas de su edad. A veces, iba Don Prudencio a hablar con Doña Leonarda y ella empezaba a llorar.
Más de Lulú:
A veces, Andrés acompañaba a Lulú y a Doña Leonarda. Decía la mujer, que Lulú de pequeña sufría ataques de nervios, jaquecas y se comía el yeso de las paredes. Pero seguía un poco desigual. Comía cosas frías y picantes. No le parecía mal el adulterio, el vicio… pero sí la hipocresía. Lulú decía que se iría con cualquier hombre que la quisiera. Tendencia final a lo trágico. Estuvo a punto de ser violada por un bestia de la vecindad. Muchas veces salían por ahí, Niní, Leonarda, Julio, Lulú y Andrés.
Manolo el Chanfandín:
Lulú tenía una amiga llamada Venancia (60 años) que vivía con su hija y su yerno (Manolo el Chafandín), que era muy chulo y muy vago y la hija, una borracha vaga. Todos vivían a cargo de la Sra. Venancia (tenía 3 ó 4 nietos). Un día se pelearon Lulú y la hija de la Venancia y Manolo le fue a Lulú a pedir explicaciones de lo que había dicho. Fue con vestido de día de fiesta. Andrés terminó peleando con Manolo y éste se marchó malhumorado. Cuando Andrés se despidió apretó la mano de Lulú más fuerte que de costumbre.
Historia de la Venancia
Para la Venancia, vieja seca, el aristócrata era superior a lo humano. De joven había servido en casas. Tenía la filosofía bailonesca. Mientras planchaba, contaba sus historias con sus amos. La primera era malévola, que pegaba a todo el mundo y les enfrentaba (historia de su hijo). Su segunda ama fue una duquesa muy guapa con muchos amantes. Una vez tuvo que salvar la situación de que el duque casi encontrara a su esposa con un amante. Sabía toda la vida amorosa en la época de Isabel II.
Otros tipos de la casa
Lulú estaba interesada casi exclusivamente en su vecindario. Vivían muchas familias. Vivía también la tía Negra, una vieja verdulera, alcohólica, republicana. La cogían y la llevaban a la sombra, una quincena por insultar a ministros, ricos, etc. En realidad se llamaba Sra. Nieves. También vivía la Sra. Benjamina (Doña Pitusa); bebía aguardiente y pedía limosnas con diferentes excusas. Tenía un hijo de más de 20 años llamado El Chuleta, que trabajaba en una funeraria, vengativo y rencoroso. Odiaba a Manolo el Chafandín. El Chuleta tenía muchos hijos. Había también una casa de huéspedes de una gallega bizca, la Paca, donde se alojaban algunos conocidos de Julio y Andrés y Don Cleto- el filósofo de la casa; hombre culto y educado en la ruina y estoico. También vivía el Maestrín, un manchego pedante y sabihondo, que tenía una tienda y una hija, a la que rondaba Victorio (el hijo del prestamista). Todas estas personas, pagaban a Don Martín, o Tío Miserias (tío de Victorio y prestamista de la casa), que vestía siempre de luto. Tenía dos tiendas. Una en Atocha, y la otra en Tribulete. Una vez tuvo un dependiente que le quiso matar con un hacha y robar. Don Martín no perdonaba a nadie. El dinero que él ganaba se lo llevaba Victorio, quien tenía dos locales: una taberna y un sitio donde se jugaba a juegos prohibidos. Pero a pesar de su condición de explotador y conquistador, nadie odiaba a Victorio.
La crueldad universal:
Andrés fue a ver a Iturrioz (podía hablar de cosas trascendentales) a su casa en Argüelles con azotea (con flores) desde la que se podía ver el Guadarrama; tenía a un criado – antiguo soldado. Le contó la vida de la vecindad de Lulú y su tío sacó la consecuencia de que la vida es luchar, que en un sentido absoluto no hay lucha (proceso de energía de un vivo contra los obstáculos del medio) ni justicia (lo justo es lo conveniente). Dijo que el hombre sereno tiene dos soluciones: o ser indiferente o actuar en círculos pequeños. Pone ejemplos de insectos usureros que son como algunas personas. Al final dice que él cree que sólo lo artificial, creado por el hombre es bueno. Andrés se levantó y vio dos jardines que se presentaban como una alegoría. Uno de niñas y otro de frailes. Andrés salió de casa de su tío preguntándose con angustia: ¿Qué hacer? ¿Qué dirección dar a la vida?
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Tercera parte:
Tristezas y dolores
Día de Navidad:
El día de Navidad tuvo Andrés que marchar a Valencia para ver el piso de unos tíos para que Luisito viviera allí porque escupía sangre y tenía síntomas de tuberculosis (Koch) y el médico de la sala y Andrés creyeron que sería lo más conveniente. Viajó en tren, con un manchego en tercera. Negoció con un tartanero para que le llevase al pueblo. Pidió la llave a la vecina y entró en la casa, decorada con dos estatuas: Flora y Pomona y unos azulejos con Santo Tomás de Villanueva. Ésta tenía un huerto, un cenador… era muy tranquila. Devolvió la llave, pensó que era el lugar ideal. Al llegar a Valencia escribió un telegrama a su familia y volvió a Madrid en un coche en tercera.
Vida Infantil:
Don Pedro, Margarita y Luisito se marcharon a Valencia; los otros 3 hermanos, se quedaron en Madrid. Andrés sacó el curso y se fue a Valencia, esta vez en primera. Luisito, seguía igual, pero Margarita había embellecido. Luisito y Andrés plantaron melones, ajos… Sólo salieron los ajos. Cuidaban el precioso jardín. Luis se duchaba por las mañanas con agua fría en el cenador. Le gustaba leer y hablar. Andrés leía libros, veía a los carreteros y a las chicas (entre ellas la Clavariesa) pasar por la puerta. Luisito inventaba cuentos; decía que un gato que le perseguía era un brujo y caricaturizaba a los que iban a la casa. Luisito conocía a Roch, el hijo del saludador y dos medoreadores: Choriset y Chitano. A veces, Andrés iba al café y allí se enteraba de los conflictos entre el casino carlista y el republicano y El Mercaer le contaba lo que había sido la Revolución Francesa.
La casa antigua:
Don Pedro advierte a Margarita que no pueden sostener las dos casas. Viene doña Julia, prima de Don Pedro y les invita a que Andrés, Luis y Margarita vayan a Valencia Capital. Fueron a visitar a los primos. Les recibió don Juan, uno de ellos. En la casa vivía él, Don Vicente, enfermo de gota y doña Isabel, los tres solteros. La casa era oscura con un alto naranjo y a los pocos días los tres hermanos se trasladaron. Margarita y Luisito estaban bien, pero Andrés escribía para ser médico rural. La dictadura científica de Andrés se pasaba por alto. Luisito se iba poniendo más exigente y melindroso y no quería tomar el sol. Una criada tomó por loco a Andrés al decirle éste, que abriese las ventanas para que muriesen los gérmenes (moscas que existen pero que no se ven).
Aburrimiento:
Andrés se impacientaba porque no le daban plaza para médico rural y se puso a estudiar las asignaturas del Doctorado. No salía de casa. Subia a una azotea a observar el pueblo, sus azoteas, sus iglesias. Pensaba, bajo las estrellas cosas perturbadoras como las fuerzas de la naturaleza, y se angustiaba.
Desde lejos
Volvió a Madrid a examinarse del Doctorado. Seguía hostil con su padre. Alejandro se había casado con una infeliz y Pedro hacía vida de mundano. Leyó una oferta de médico rural en Burgos y se marchó allí. Sustituiría allí a un médico rico, viudo, aficionado a la numismática. Hizo amistad con él y se quedó a vivir en su casa, con una criada vieja. Iba a pasear al Teso (monte sin árboles) y leía. Recibió una carta de su padre diciendo que Luisito había muerto en Valencia, con muchas ganas de saber de él. Pero la muerte no le creó ninguna desesperación, no sentía dolor. Recordó el caso de un chico de 6 ó 7 años. Recibió carta de Margarita, donde le explicaba que Luisito había muerto de meningitis tuberculosa. Pero no le recordaba enfermo, sino sonriendo.
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Cuarta parte
Inquisiciones
Vuelve a Madrid. Encuentro con Ibarra, ha mejorado, estudia Ingeniería y es inventor.
Nuevas conversaciones con su tío Iturrioz:
Andrés quiere una explicación completa del origen y existencia del mundo; una explicación física y moral que aúne la Cosmología y la Biología. Iturrioz le aconseja leer a los filósofos franceses e ingleses, más prácticos y menos metafísicos que los alemanes, por los que parece estar muy influenciado. Andrés insiste en las teorías de los alemanes; en Kant, para quien el espacio y el tiempo no existen, sólo son fruto de nuestra inteligencia, fuera de la conciencia humana no tienen existencia. Andrés esgrime sus ideas empiristas: la experiencia externa no es una verdad, nuestros sentidos pueden engañarnos No existen verdades absolutas, todo es relativo. Sólo la ciencia, con las leyes de causalidad, le da algún sentido a la vida. La verdad, lo que entendemos por ella, es el acuerdo unánime de todas las inteligencias. Andrés habla del ÁRBOL DE LA CIENCIA que da una tendencia a mejorar que “mata”. El árbol de la vida ofrece, en cambio, la ignorancia, la fe, la ficción, la superstición…pero todo eso es “sano”, vida.Iturrioz hace una crítica al racionalismo: la ciencia y el sentido materialista de la vida han dejado al mundo exento de ilusión y misterio. Por eso cree que una nueva Compañía de Jesús
1 lo haría mejor, inculcándole valores como la serenidad y la valentía, sin sentimentalismo ni tristeza judeo-cristiana.